Sendas diferentes.
Tú eres un gran místico -le dijo uno de sus pupilos a Nasruddín-, y sin duda sabrás por qué los hombres siguen sendas diferentes a lo largo de su vida, en vez de seguir todos una única senda.
Sencillo -contestó el maestro-. Si todo el mundo siguiera la misma senda, todos acabaríamos en el mismo lugar; el mundo, perdido el equilibrio, se inclinaría, y todos nos caeríamos al océano.
Un abrazo.
Tú eres un gran místico -le dijo uno de sus pupilos a Nasruddín-, y sin duda sabrás por qué los hombres siguen sendas diferentes a lo largo de su vida, en vez de seguir todos una única senda.
Sencillo -contestó el maestro-. Si todo el mundo siguiera la misma senda, todos acabaríamos en el mismo lugar; el mundo, perdido el equilibrio, se inclinaría, y todos nos caeríamos al océano.
Un abrazo.
Ninguna oreja, ningún crimen.
Un día, el juez pidió a Nasruddín que le ayudara a resolver un problema legal.
¿Cómo me sugerirías que castigue a un difamador?
Córtales las orejas a todos los que escuchan sus mentiras -replicó el mulá.
Un abrazo.
Un día, el juez pidió a Nasruddín que le ayudara a resolver un problema legal.
¿Cómo me sugerirías que castigue a un difamador?
Córtales las orejas a todos los que escuchan sus mentiras -replicó el mulá.
Un abrazo.
Nasreddín pierde su burro.
Nasreddín contaba en cierta ocasión con mucha alegría que había perdido el asno.
- Vaya, le dice el amigo ¿Como puedes estar tan contento si no tienes dinero para comprar otro borrico?
- Y tanto que estoy contento - responde él - Imagínate que yo hubiera ido montado en él como de costumbre. ¡También me habría perdido yo!
Vale más volver a sembrar que llorar por la cosecha perdida.
Siempre hay motivos de alegría y esperanza. Como muy bien se ha dicho, si lloramos la ausencia del sol no veremos las estrellas.
Un abrazo.
Un abrazo.
Nasreddín contaba en cierta ocasión con mucha alegría que había perdido el asno.
- Vaya, le dice el amigo ¿Como puedes estar tan contento si no tienes dinero para comprar otro borrico?
- Y tanto que estoy contento - responde él - Imagínate que yo hubiera ido montado en él como de costumbre. ¡También me habría perdido yo!
Vale más volver a sembrar que llorar por la cosecha perdida.
Siempre hay motivos de alegría y esperanza. Como muy bien se ha dicho, si lloramos la ausencia del sol no veremos las estrellas.
Un abrazo.
Un abrazo.