Sendas diferentes.
Tú eres un gran místico -le dijo uno de sus pupilos a Nasruddín-, y sin duda sabrás por qué los hombres siguen sendas diferentes a lo largo de su vida, en vez de seguir todos una única senda.
Sencillo -contestó el maestro-. Si todo el mundo siguiera la misma senda, todos acabaríamos en el mismo lugar; el mundo, perdido el equilibrio, se inclinaría, y todos nos caeríamos al océano.
Un abrazo.
Tú eres un gran místico -le dijo uno de sus pupilos a Nasruddín-, y sin duda sabrás por qué los hombres siguen sendas diferentes a lo largo de su vida, en vez de seguir todos una única senda.
Sencillo -contestó el maestro-. Si todo el mundo siguiera la misma senda, todos acabaríamos en el mismo lugar; el mundo, perdido el equilibrio, se inclinaría, y todos nos caeríamos al océano.
Un abrazo.
Ninguna oreja, ningún crimen.
Un día, el juez pidió a Nasruddín que le ayudara a resolver un problema legal.
¿Cómo me sugerirías que castigue a un difamador?
Córtales las orejas a todos los que escuchan sus mentiras -replicó el mulá.
Un abrazo.
Un día, el juez pidió a Nasruddín que le ayudara a resolver un problema legal.
¿Cómo me sugerirías que castigue a un difamador?
Córtales las orejas a todos los que escuchan sus mentiras -replicó el mulá.
Un abrazo.