La resonancia de nuestra campana Santamaría para los dezanos es inconfundible. Esta campana se fundió en el barrio de la Taranzana, en uno de los hornos de los alfares existentes en aquellos tiempos y tiene la siguiente leyenda: “SE FUNDIÓ POR APOLINAR Y CORNELIO COLINA SIENDO CURA DON ANSELMO SANTAMERA Y ALCALDE BRAULIO ESTERAS AÑO DE I903”. Dicen que los fundidores cuando estaba el metal en estado líquido iban echando monedas de cobre dentro porque decían que de ésta manera sonaría mejor: Que el sonido del cobre es más bonito. Desde luego les salió una campana perfecta y muy bella.
Un abrazo.
Un abrazo.
Los cien quintales equivalían a cuatro mil seiscientos kilos. Antes, un quintal equivalía a 46 Kilos de peso. Los quintales métricos, de cien kilos, entraron en vigor, a principios del siglo veinte, aunque ya en 1799 se guardara en París en metro patrón que es diezmillonésima parte del meridiano terrestre y a partir del cual se desarrolló el sistema métrico decimal que rige en nuestros tiempos.
Un abrazo.
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Aquella campana si duda era una campana grande; pero muy pequeñita comparada por ejemplo con la gran campana de Moscú que pesa doscientas toneladas y que es, por lo tanto, 43 veces mayor que la nuestra.
Un abrazo.
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