Durante estos días de procesiones y ritos, el recuerdo de aquellos anocheceres en Deza con las procesiones y el frío por la calle de la Solana, en muchas ocasiones llenas de barro- porque todavía no se habían arreglado las calles-, acompañando a los Pasos al igual que lo hicieron nuestros abuelos. Ambiente triste y plañidero “Perdona a tu pueblo…” o “ Perdón oh Dios mío”, y también como tu, abuelo, recordando ese tierno y bello poema de Gabriel y Galán que se puede encontrar entre sus obras e incluso en google; para quien no lo recuerde: “La Pedrada”. La procesión, precedida por el pendón negro y seguida de los pasos con sus respectivos cofrades; niñas con candelabros y olor a la cera de las velas que en raras ocasiones permanecían encendidas hasta la ermita de la Soledad por la porfía del cierzo o del ábrego. El Monumento, lavatorio de pies, la matraca…costumbres y ritos ancestrales. Tiempos ni mejores, ni peores, pero que permanecen en el recuerdo de quienes los hemos vivido. Un abrazo.
