Una vez cuando yo era joven mi padre hizo un trato con un propietario de tractor para que nos labrara una pieza de "esparteta", el año que se labraba para sembrar cereal. Con mulas se hacía poca faena y se hacía mal. Le dijo que sí y le pidió a cambio que fuese su hijo unos días a ayudarle en las faenas de la trilladora que es cuando necesitaba más gente en la era. El hijo en este caso era yo y fuí dos tres días a ayudar a dos personas débiles y mayores que se cuidaban de alimentar a la trilladora y tuve que hacer los trabajos más pesados que uno pueda imaginarse. Uno de ellos fué subir por la noche varios remolques de trigo al último piso de la "Bodeguilla" mientras el amo se iba a cenar tranquilamente. Recuerdo que una vez volvió y no habíamos terminado todavía y allí se estuvo mirando. Aún recuerdo que le dije que los sacos pesaban demasiado y me contestó que sí, que sí, que pesaban como diciendo que era buen grano. Estas cosas se las conté a mi padre y nunca más pidió tratos como este y es más: Procuró que emigráramos del pueblo y nos colocáramos en la ciudad como así pasó a Dios gracias. Recuerdos de mi pueblo que se llama Deza.
