Si señor: Tienes toda la razón del mundo. Tengo que reconer que me he equivocado sin malicia y sin querer pues lo sabía. Cuando lo escribí algo no me sonaba bien; pero no es cuestión de atascarse cuando alguna pía se te pone en la rueda de la redacción. Hay que seguir adelante pues siempre hay alguna buena persona que te corrige, con cariño. Efectivamente, un abrazo del abuelo.