Aquí vemos una pequeña plantación de jardín, aprovechando un rinconcito en la Calle Mediavilla de Deza y estamos adivinando que el amo ha sido muy previsor pues ha querido proteger su trabajo y sus plantas con un espanta-pájaros. Este aparatito está hecho con una bola de barro en la cual se clavan un número indeterminado de plumas de gallina, que no dejan de estar en movimiento, al compás del viento que sopla. El invento tiene muchos años puesto que lo conozco hace mas de setenta y creo que su utilidad, sobre todo, en lo que respecta al gorrión, es practicamente nula ya que dicho animalito volador y pueblerino, se rie de él. Lo se por experiencia pues yo los he puesto en mi huerta, sobre el plantero de lechugas y no le hacen ni caso. Ya sabéis que el gorrión, gurriato o pardal hace sus necesidades biológicas, cuando llega el caso, encima de los espanta-pájaros y si es necesario, también encima del amo que está durmiendo la siesta. Un abrazo.
