Buenos días Deza: Aquí tenemos uno de los pocos jardines interiores que hay en el casco antiguo de nuestro pueblo. Se llegó a construir tan junto y amontonado que no quedó ni un solo hueco para las plantas ornamentales. Nuestro Ayuntamiento, con muy buen criterio, al derribar el antiguo horno de arriba dejó libre éste pequeño solar. El resultado es éste acogedor jardín.
En Deza había dos grandes hornos públicos. Uno, que daba nombre a su calle, era el mas visitado por las amas de los barrios de arriba, teniendo fama de que sacaba muy buenos productos, sobre todo de repostería. El otro estaba debajo de la escuela de párvulos, en la Calle Mediavilla y daba calorcillo en invierno a los niños pequeños; pero agravaba el poblema en verano. Para el funcionamiento de dichos hornos yo he conocido dos modalidades. La primera era de concurso público o sea mediante puja que se realizaba en el Ayuntamiento. El ganador podía explotar el negocio durante un año, cuidándose del buen funcionamiento, cobrando en género de todo lo que se amasaba, tanto en pan como en dulces. De su cuenta corría la leña para quemar y la limpieza. La otra modalidad fué que cada vecino tenía la obligación de quemar el horno durante una semana al no salir licitadores en la subasta. Esto nos da idea de que no siempre fue negocio su explotación o lo era tan pequeño, que no merecía la pena. Aparte había también otro horno particular; pero estoy seguro que mucha gente no sabe como se llamaba el pedazo de masa que pagabas por cada hogaza de pan. Yo no lo digo pues si no, no saldría en el foro... Buenos días y un abrazo.
En Deza había dos grandes hornos públicos. Uno, que daba nombre a su calle, era el mas visitado por las amas de los barrios de arriba, teniendo fama de que sacaba muy buenos productos, sobre todo de repostería. El otro estaba debajo de la escuela de párvulos, en la Calle Mediavilla y daba calorcillo en invierno a los niños pequeños; pero agravaba el poblema en verano. Para el funcionamiento de dichos hornos yo he conocido dos modalidades. La primera era de concurso público o sea mediante puja que se realizaba en el Ayuntamiento. El ganador podía explotar el negocio durante un año, cuidándose del buen funcionamiento, cobrando en género de todo lo que se amasaba, tanto en pan como en dulces. De su cuenta corría la leña para quemar y la limpieza. La otra modalidad fué que cada vecino tenía la obligación de quemar el horno durante una semana al no salir licitadores en la subasta. Esto nos da idea de que no siempre fue negocio su explotación o lo era tan pequeño, que no merecía la pena. Aparte había también otro horno particular; pero estoy seguro que mucha gente no sabe como se llamaba el pedazo de masa que pagabas por cada hogaza de pan. Yo no lo digo pues si no, no saldría en el foro... Buenos días y un abrazo.
