En algunas corridas celebradas en Deza, han venido, para asesinar al toro verdaderos verdugos. Como no tenían reaños para entrar a matar directamente y había que llevarse los cuartos(léase pesetas pues eran unos vividores descarados) para acabar la faena con toda la felonía del mundo, clavaban la espada allá donde caia y lo mismo daba en el vientre que en las costillas etc...Pues esas personas se llevaron aplausos de los de Deza en presencia de niños. También, hay que decirlo, con el propósito de alguna persona de no presenciar nunca más ni una corrida ni en Deza, ni en Madrid ni siquiera en la tele. Entre estas me encuentro yo. Un saludo a todos.