Pues el mío y yo también, trillábamos en el Cerro de la Horca, en una era que ahora esta inutilizada por siempre pues se cayó encima el terraplén de rocas que la bordeaba. Toneladas y toneladas que se vinieron abajo al recalarse la ladera. No me quiero figurar que hubiese pasado de haber estado trillando o simplemente pasando el tiempo haciendo alguna faena veraniega, por allí. Curiosamnete os contaré que mi padre y un primo suyo, hace muchos años, trataron de tirar parte de la roca ahora caida, a base de cartuchos de dinamita, en barrenos y casi ni le hicieron cosquillas. Un saludo de Vicente.
