La estampa clásica que se podría pintar, para rememorar el oficio de cuidador de agua, sería un saco con algo de paja, donde poder sentarte y descansar y el de una botija ya sobada por el uso, para tener agua y poder apagar la sed puesto que no te podías ausentarte del lugar por nada. La comida te la solían traer al puesto todavía calentita y generalmente consistía en una porción de cocido del que se comía en casa para todos de la familia. Saludos.