Yo estoy enamorado de esta gran casa. De pequeño me daba miedo entrar porque me llevaban al médico Don Angel Diez, que vivía allí y mi madre me tenía que subir arrastra por aquella gran escalera que creo no se habá caído todavía. Recuerdo cuando te metía una cuchara en la garganta, que debía ser la misma para todos y sin desinfectar. Así se pasaba la contaminacion de microbios del uno a otro y no hacía falta ningún contacto físico con el enfermo. Lo mismo que cierto practicante llevaba las agujas en el bolsillo de la chaqueta y al ponerlas las soplaba solamente y sin hervir ni nada aun cuando estaban llenas de pajas. Dios mío...
Bueno que estamos en la Casa Alta. Allí vi muerto a un dueño de dicha casa, que se llamaba Paulino, vestido con el hábito del Santísimo Cristo del Consuelo ya que había sido portador del mismo en alguna procesión, en la saca para pedir el agua. Desde entonces ya no he visitado dicha casona que debe estar en las últimas. Yo pienso que cuando me muera me iré de fantasma a este lugar pues como quiero tanto a mi pueblo, tendré la mejor casa para mi solo y para siempre. A los fantasmas no nos importa que las casas están en ruinas Un abrazo amiga CTL.
Bueno que estamos en la Casa Alta. Allí vi muerto a un dueño de dicha casa, que se llamaba Paulino, vestido con el hábito del Santísimo Cristo del Consuelo ya que había sido portador del mismo en alguna procesión, en la saca para pedir el agua. Desde entonces ya no he visitado dicha casona que debe estar en las últimas. Yo pienso que cuando me muera me iré de fantasma a este lugar pues como quiero tanto a mi pueblo, tendré la mejor casa para mi solo y para siempre. A los fantasmas no nos importa que las casas están en ruinas Un abrazo amiga CTL.