¿Sabías que las campanas pueden ser también de madera, de piedra y otros materiales resonantes...? ¿Que en Pompeya hay unos hierros clavados que vibran y nos dicen que era para llamar a los fieles a los emplos, que entonces paganos...? ¿Que el arte de fundir campanas no ha experimentado apenas variaciones desde la edad media...? Las campanas se funden sobre un molde atenido a su forma, cubierto por otro mayor. El metal líquido se vierte por una abertura situada en el extremo superior hasta que el espacio entre los dos moldes quede lleno. Una vez que se ha enfriado el metal líquido, la campana se separa de los moldes, se desbasta, que es quitar las partes que sobran y se pule. Si el cliente quiere un tono predeterminado, se colca en un torno especial que rebaja el metal en los lugares necesarios, para que se eleve o descienda el tono. Además de la nota principal producida, en una campana de buen tono también se obtienen armonicos naturales característicos y propios de dicha campana que no se podrán conseguir en ninguna otra mas. Es por ello que las campanas de nuestros puebos nos suenan a nosotros, muy especial y nos suenan a gloria. Es el caso de ésta nuestra de Deza que suena como la que mejor. Mejor que las de Cihuela, digo yo. Un abrazo.