La grandiosidad de nuestro templo se muestra parcialmente en esta fotografía en donde puede apreciarse el altar mayor en el ábside, los dos bellos púlpitos, coronados por el Niño de la Bola, apoyándose sobre las columnas salomónicas que sostienen un techo tachonado de estrellas y luceros y sobre todo una Iglesia viviente que demuestra que en nuestro pueblo de Deza, se vive la fe. Un abrazo y Próspero 2006.
