Esta imagen representa un olmo seco, de los muchos que murieron en nuestro pueblo y que la yedra conquistó para vestirlo y para encaramarse al cielo al estilo de los cipreses. Lo malo es que no sabía ella que su fragilidad le costaría caro ya que un vendabal, los hizo caer y dar con sus "huesos" en el abismo y desaparecer. Estaba al lado de la alberca del tio Justo, el marido de la tia Eustasia, en la huerta de Algadir y muy próximo al "fosil". Un recuerdo para Deza.