La media fanega, DEZA

La media es una medida de grano o mejor dicho, "era" una medida para medir cereales por volumen puesto que el peso podía variar, según la densidad de lo medido. Se llamaba "media" porque en realidad era la mitad de una fanega. Por lo tanto la fanega era el doble; pero tenía el inconveniente de que era de muy difícil manejo y no se usaba nada más que de palabra. Por ejemplo, ibas a comprar y decías: quiero dos fanegas de frigo y te daban cuatro medias pues la fanega no existís de hecho. La fanega a su vez tenía un múltiplo que era el cáiz. Un cáiz tenía cuatro fanegas y por lo tanto ocho medias. En peso, si medimos trigo, por poner algo, equivalía aproximadamente a 21 kilos. Si echamos cuentas con un lápiz en la pared encalada de nuestro pequeño granero (grafitis cavernarios de nuestros padres y abuelos que aún subsisten) veremos que una fanega es el doble o sea 42 kilos y el de caíz, 168 kilogramos aproximadamente.
Podemos ilustrar un poco más la página y diremos que un agricultor podía decir que él había cogido cuarenta cáices de trigo (en mi casa siempre menos de la mitad) y lo entendíamos a la perfección pues nos imaginábamos el gran montón que tenía guardado para su subsistencia. También de aquel otro que apañaba un par de cáices y no tenía ni para pan de sus hijos. Está pasando lo mismo actualmente, con los sueldos o sea que la cosa sigue igual aunque haya cambiado la granero por la caja de ahorros.
Otra cosa interesante es que cada uno tenía en su casa, su media particular; pero ojo, que no tenía valor comercial puesto que podía hacerse más grande o más pequeña. Es aquello que se dice de tener dos varas de medir... ya me entendéis. Para transacciones comerciales tenías que usar una que estaba contrastada o sea asegurada de que era la fetén y que no te metían gato por liebre. En el ayuntamiento solían tener una a disposición de los usuarios. Las leyes antiguas penaban con grandes sanciones a todos aquellos que infringieran las normas y había tasadores y vigilantes, sobre todo en las ferias delos pueblos en donde se comercializa en cantidad considerable.
Aún podíamos decir más cosas; pero yo me despido, aunque eso sí, dejando la puerta abierta a cualquier intervención vuestra. Muchas gracias.
Un abrazo.