BLACOS: Lo sabia Alejandro, descifrar ese legajo es más difícil...

La verdad es que empiezo a estar bastante mareado. No acabo de descubrir a quien dejó la herencia mi tío cura y ahora descubro que tuve otra tía rica y estoy como loco por ir al pueblo y deshacer todos los colchones para ver si hay algo escondido entre la lana. Será difícil porque yo no he aspirado nunca a ser rico y la vida tampoco es que me haya dado muchas oportunidades. En cuanto al legajo ese de Lebrija, que me ha mandado mi amigo Torreblacos, voy a echar mano de la ironía que es lo único que tengo en abundancia. Sabéis que hay una teoría católica, o menos católica, que dice que los curas decían la misa en latín para que los feligreses no entendieran nada de lo que decían, por si acaso les daba por duda de la verdad absoluta. Y yo añado que además de en latín, la oficiaban de espaldas a los fieles, probablemente para que estos no notaran en su cara la cantidad de mentiras e invenciones que les estaban contando. Pues bien mi querido tío cura hizo lo mismo con su carta de testamento. Da la sensación que la letra es de un escribano de Tutankamon porque se entiende todavía menos lo que quiere decir que las inscripciones que aparecen en las pirámides. Y conociendo al clero, estoy seguro que lo hizo a propósito. Así quedaba bien con dios y con el diablo, porque seguro que los dos se sienten agraciados con la carta del párroco. He de decir que he sido capaz de descifrar una y griega en medio del escrito, y eso después dejarme los ojos en el maldito jeroglífico.
En cuanto a la herencia de mi tía María, tengo que confesar que no me ha llegado nada de nada. Ni siquiera un apoyo familiar en forma de abrazo o buenaventura. Así que amigo Torreblacos, me tendré que centrar en tu abuelo, mucho más cercano y terrenal que los anteriores. Que sepas que te voy a seguir de cerca y no te voy a dejar que te quedes tú sólo con la herencia, lo tienes claro. Hay que repartir, como buenos hermanos.
En fin voy a rellenar la primitiva, voy a comprar lotería de la Cruz Roja, que se sortea estos días. Cuando vaya a casa compraré unos boletos de la once en el quiosco de la esquina, lo regenta un soriano con eso lo digo todo, y ya de paso compraré unos décimos de la del sábado. Si me da tiempo haré una quiniela hípica, que aún existen, y esta noche a ver si engaño a mi señora y nos vamos al bingo Es lo más cerca que voy a estar de hacerme rico. La única vez que heredé en mi vida no me llegó ni para pagar la comida, literal, así que no hablo de lo que gasté en gasolina y en esperar a un notario en el Burgo que tenía un despacho que parecía la sacristía de la Giralda, por los cuadros y por el polvo. Y es que ni de los curas ni de los notarios se puede esperar mucho en esta vida.

Lo sabia Alejandro, descifrar ese legajo es más difícil que leer los jeroglíficos de los egipcios, ya me parecía a mi que te lanzabas muy valiente a leer ese documento que esta escrito en no se sabe que, yo llegue a leer dos letras la "J" y la "G" ya que me recuerdan la letra redondilla de los abuelos y es que algo siempre queda, sigue buscando las herencias, nunca se sabe, de mi abuelo algo habrás heredado en el tejado, seguro, por lo menos alguna teja y es que creo que es lo que dejo para la posterioridad tejas árabes por toda la comarca.

Lo que si llama la atención es que en estos dos pueblos de siempre ha existido una corriente de emigrantes a las Américas, era un ir y no volver, con pocas excepciones, como el que se caso con María Gonzalo, una cosa es cierta uno va por los pueblos de pinares y ve unas pedazo casas construidas por los indianos que te dejan parado, nada mejor que demostrar el éxito que construyendo una casa, pero en Blacos y en la Torre no se yo si volvieron con algo más que lo necesario ya que ni rastro de caserones, ni un misero adobe repegado, así que supongo que regresaron con lo puesto o poco más.

Lo de construir casas es todo un símbolo, un gancho para que nuevas generaciones viajen allende los mares, hoy como la cosa se ha modernizado el símbolo es en forma de papel, se llama "Hipoteca", al fin y al cabo es lo mismo, se va con lo puesto, si se tiene suerte se vive lejos, si hay más suerte se vive muy bien lejos, si la suerte es poca se vuelve y se cierra el papel de la "hipoteca", que no es poca cosa, claro no se deja una casa de piedra y si aun hay menos suerte se vuelve como te fuiste osea sin nada, lo digo con conocimiento, cuando viajo me gusta ir a esas destartaladas sedes de los centros de emigrantes en América, más que nada porque aun conservan restaurante y se agradece algo bien hecho y lo que hay a tu alrededor son abueletes que se fueron, añoran, no pueden volver y lo que es peor también tienen otro papelito en la Américas que se llama "Hipoteca", total un viaje para nada.

Volviendo al tema de los Gonzalo, mi abuelo algo dejo para siempre tejas y espero que duren otros cientos de años protegiendo de las inclemencias del clima.