Castillos de Segovia, Turégano, aquí dejo un poco más de historia de ese castillo:
Turégano, sede de la Cancillería y Audiencia del Reino.
Para explicar tan importanate acontecimiento, hay que consultar estas actas de las Cortes de Castilla: las de Palenzuela de 1425, las de Zamora de 1432, las de Madrid de 1433, las de Toledo de 1436, las de Madrigal de 1438 y las de Valladolid de 1440. En esas Cortes se establecieron consolidaron y desaparecieron de Turégano la Cancillería y Audicencia del Reino. La atenta lectura de todas estas actas clarifica tan extraordinario hehco, y no resulta ya dificil aventurar las razones por las que en el año de 1428 la corte estaba en Turégano, y aqui se organizaron, para celebrar la vuelta a la corte de don Alvaro de Luna, como dicen las crónicas de la época, "las mayores fiestas que vio el Reino".
Después de varias órdenes y recomendaciones, Juan II tomó esta decisión sobre el lugar donde debía estar definitivamente ubicada su Audiencia y Cancillería (Cortes de Palenzuela, 1425):
"... e que la dicha mi Audiencia e Chancelleria esté en cada un anno seys meses aquende los puertos en la Villa de Turuegano, e allende los puertos otros seys meses en Grinnon e Cubas, los cuales son lugares asaz convenibles así para allende commo para aquende de los puertos (...)"
Se incició así para la Villa Episcopal de Turégano el capítulo más culminante de su historia. Con esta decisión real. Turégano se convirtió en foco de atracción obligada para cuantos en aquellos años del siglo XV necesitaban pleitear o resolver algún asunto oficial.
Durante el tiempo en que estuvieron en Turégano la Cancillería y la Audiencia, la villa fue en muchas ocasiones corte de Castilla y aquí residieron con frecuencia el Rey y su familia.
Sin embargo, las cosas relativas a la Audiencia y Cancillería no se cumplieron con la exactitud que mandó el Rey en Palenzuela. Y, quince años después, en las Cortes de Valladolid del año 1440, estas instituciones fijaron su residencia en la ciudad del Pisuerga, entonces simplemente Villa.
(Victoriano Borreguero)
Turégano, sede de la Cancillería y Audiencia del Reino.
Para explicar tan importanate acontecimiento, hay que consultar estas actas de las Cortes de Castilla: las de Palenzuela de 1425, las de Zamora de 1432, las de Madrid de 1433, las de Toledo de 1436, las de Madrigal de 1438 y las de Valladolid de 1440. En esas Cortes se establecieron consolidaron y desaparecieron de Turégano la Cancillería y Audicencia del Reino. La atenta lectura de todas estas actas clarifica tan extraordinario hehco, y no resulta ya dificil aventurar las razones por las que en el año de 1428 la corte estaba en Turégano, y aqui se organizaron, para celebrar la vuelta a la corte de don Alvaro de Luna, como dicen las crónicas de la época, "las mayores fiestas que vio el Reino".
Después de varias órdenes y recomendaciones, Juan II tomó esta decisión sobre el lugar donde debía estar definitivamente ubicada su Audiencia y Cancillería (Cortes de Palenzuela, 1425):
"... e que la dicha mi Audiencia e Chancelleria esté en cada un anno seys meses aquende los puertos en la Villa de Turuegano, e allende los puertos otros seys meses en Grinnon e Cubas, los cuales son lugares asaz convenibles así para allende commo para aquende de los puertos (...)"
Se incició así para la Villa Episcopal de Turégano el capítulo más culminante de su historia. Con esta decisión real. Turégano se convirtió en foco de atracción obligada para cuantos en aquellos años del siglo XV necesitaban pleitear o resolver algún asunto oficial.
Durante el tiempo en que estuvieron en Turégano la Cancillería y la Audiencia, la villa fue en muchas ocasiones corte de Castilla y aquí residieron con frecuencia el Rey y su familia.
Sin embargo, las cosas relativas a la Audiencia y Cancillería no se cumplieron con la exactitud que mandó el Rey en Palenzuela. Y, quince años después, en las Cortes de Valladolid del año 1440, estas instituciones fijaron su residencia en la ciudad del Pisuerga, entonces simplemente Villa.
(Victoriano Borreguero)
