Durante el siglo XII sufrió importantes disturbios en contra de su gobernador, Álvar Fáñez, y posteriormente como parte de las luchas del reinado de Urraca de Castilla. A pesar de estos desórdenes, su situación en las rutas de la trashumancia la convirtió en un importante centro del
comercio de la lana y de las manufacturas textiles (cuya existencia está documentada desde el siglo XII).