MEMBIBRE DE LA HOZ: Capítulo V. Guerra entre los dioses....

Capítulo V. Guerra entre los dioses.

Después de la derrota de los ejércitos visigodos en Guadalete todo el panorama político de la Península vino a cambiar de manera significativa. Desapareció para siempre toda la distribución y administración de las viejas provincias romanas y quienes van a jugar la partida a continuación serán ni más ni menos que los señores o descendientes de señores, condes y duques, de la nobleza hispanogoda, y otros señores que por allí había, pero no con un gran lapso de tiempo, sino inmediatamente.
La ofensiva militar musulmana se basa en dos hombres principales como son Tarik con sus generales y ejércitos y el moro Muza que es el gobernador de la Provincia en el Norte de África del Imperio Omeya. Tarik a continuación de la capital Toledo conquista Guadalajara, Osma, Castrojeriz y llega hasta el norte y conquista Astorga en León y Amaya en Palencia. Por su parte el moro Muza desembarca con contingentes de ejército y hace valer su autoridad en los territorios peninsulares conquistados. Aparece la denominación de Al. Andalus con capitalidad en Córdoba. Mérida -antigua capitalidad romana- es conseguida tras una atroz resistencia de los honorables señores emeritenses en el año 713. Zaragoza cae en el año 714 y por esas fechas Medinaceli.
La peligrosidad de la ofensiva musulmana se basa en una serie de ejércitos que van devalando ciudades y dejando allí señores que administrarán esa conquista con un centro de poder en Córdoba. En la zona sur de la Península esa conquista se hace algo patente, pero en la zona norte a parte de los lugares conseguidos la mayoría del territorio queda en una especie de "estado de alerta", tiempo precioso que será aprovechado, sin duda, por los señores de esa zona para organizar la contraofensiva y que se darán cuenta de que los ejércitos musulmanes no eran invencibles. Así en el año 722, D. Pelayo ganará batallas en Covadonga y en Francia, en el año 732, los musulmanes son derrotados en Poitiers.
Mientras tanto, en entendimiento entre los señores autóctonos asturianos con los contingentes de D. Pelayo, crean lo que se da en llamar en Reino Asturiano que aumenta sus territorios en base al control de las patrullas árabes y la aquiescencia de los lugares vecinos, poco después se llamará Reino e Asturias y León. D. Pelayo muere en el año 737 y le sucede "como si de un rey godo se tratara" su hijo Favila.
En el año 760, en Huesca, Aragón, el conde Aznar derrota a un destacamento de musulmanes en la batalla del legendario Monte Oroel y también dentro de ese mismo siglo, el VIII, los señores de Navarra organizan grupos de ejército que atacan a los musulmanes, muestra de lo que a continuación será el Reino de Navarra.
La primera noticia que se tiene del nombre de Castilla en documentos que hablan de ese lugar es en torno al año 800, principios del del siglo IX, y es un nombre que le viene dado por la existencia de ciertas construcciones estratégicas, los castillos, que se construyeron precisamente para vigilar los pasos de los ríos y montañas de posibles llegadas de destacamentos musulmanes. Este tipo de pequeñas fortalezas ya habría existido desde tiempos inmemoriales y siempre con las mismas intenciones de vigilancia y demarcación de límites, pero ahora con la presencia de los ejércitos extranjeros su número se vería aumentado y fueron muy numerosos y comunes en la zona entre el río Duero y el Ebro.
Los primeros territorios adjudicados a Castilla irían desde el oeste de la provincia de Álava, ocuparían la zona montañosa de Cantabria, la provincia de Burgos hasta casi el Duero y la Comarca de Campos en Palencia, una típica franja territorial del norte a la que desde antiguo se conocía con el nombre de Vardulia o Bardulia (relacionado con "bardas", límites, fronteras vigiladas). Después de algunos años y en el transcurso de algunos acontecimientos políticos empezará a llamarse Castilla y poco después Condado de Castilla, pero todavía dentro de la órbita del tema del Reino de Asturias.
En el año 843 se crea por primera vez un partido judicial en Castilla al margen de los reyes y jueces asturianos y al frente de ese partido están Nuño Rasura y Laín Calvo, los cuales ya no se rigen por el "Liber Gotorum" o "Fuero Juzgo", El manual de leyes godorromanas por el que se guiaran los asturianos de los que dependía el Condado, sino que empiezan a administrar justicia según el llamado "Fuero del Libre Albedrío".
Regresando al desarrollo bélico de la conquista musulmana y si se tiene en cuenta que ahora la capital de los asuntos no es Toledo sino una ciudad del sur Córdoba, es de suponer que la presencia por estos lugares de destacamentos invasores usaran los lugares del este del Sistema Montañoso Central para pasar a la mitad norte de la Península y que acaso fuese Guadalajara el punto y plaza fuerte para lo mismo. Decir en auxilio de la realidad histórica que los paisajes medievales, sociales y urbanos, son algo diferentes de los actuales y que en este caso de Guadalajara, la ciudad más importante de esos lugares era Sigüenza, ciudad cosmopolita y de un abundante comercio y movimiento de gentes. Pero la organización militar de los árabes invasores decidiera diferentes emplazamientos para sus soldados.
Es curioso, pero existe un sitio muy cerca de Membibre de nombre Fuentidueña, a algo más de 12 kilómetros. En ese pueblo, Fuendidueña, a finales del siglo VIII y el siglo XIX, a partir del año 800 los musulmanes invasores construyeron una gran estructura amurallada, destinada acaso para el albergue de tropas con tiendas en su interior, dentro de sus planes de conquista. Habría que decir aquí que los ejércitos moros nunca pensaron, como razón logística militar, incluir los territorios al norte del Sistema Montañoso Central como objetivo de conquista y colonización. La construcción de las murallas de Fuentidueña guardaría más bien relación con la posibilidad de esa conquista y la defensa de los lugares más cercanos o lejanos conseguidos por sus ejércitos. Es de asegurar que en muchos kilómetros a la redonda no existe un ejemplo de esa magnitud de defensa militar parecido y acaso se trataría de una cabeza de puente estratégico y avanzado dentro quizá de la organización de la Marca Media cuya capital militar fuera Guadalajara y cuya importancia guardaría siempre relación con los territorios del este y parte del norte y levante de la península, nunca hacia el interior de la misma. También podrían ser esas murallas un producto genuino del movimiento de gentes en esos tiempos pues de asegurar la mayoría de habitantes de ascendencia extranjera que había en ese pueblo, Fuentidueña, sobre todo Judíos y musulmanes que acaso convencieran a las autoridades del sur sobre los beneficios de su defensa.
En el año 814, poco menos de 100 años después de la llegada de las huestes de Tarik, las patrullas más avanzadas de los cristianos del norte llegaron en batidas de exploración a las montañas del Sistema Central y entre los siglos IX y X queda establecida la frontera militar en el Duero.
Pero todos esos hecho supondrían alguna forma de preocupación y recelo para los habitantes de Membibre pues allí la vida continuaba y su trajín de sus gentes. Todo el mundo debía saber que ahí, pasado Calabazas existía un movimiento importantes de soldados del sur. La gente va y viene, cuenta cosas y se ve durante las fiestas de la primavera o el final de la cosecha. Es de suponer, sin embargo, que el movimiento de patrullas moras o paso de ejércitos en una u otra dirección no resultaría por estos lugares algo cotidiano, sino más bien raro, esporádico.
En el año 922 el Conde Gonzalo Fernandez, del Condado de Castilla al norte y padre del fundador Fernán Gonmzalez, baja con un grupo de ejército hasta Fuendidueña y la conquista en su ataque.
El año 939 es una fecha importante para las expectaciones de autoridad en estos lugares. Es en este año cuando el rey de Córdoba, Abderramán III organiza un formidable ejército para poner fin o contener el avance de los ejércitos cristianos desde el norte. Se trata este de un gran momento histórico, algo que no sucedía desde la batalla del Guadalete en los territorios peninsulares. Los correos y los espías debieron disfrutar de un buen trabajo en esas semanas o meses.
El ejército musulmán se puso en marcha hacia el norte camino de la plaza de Simancas, advertencia que debía ser -su conquista- antes de dirigirse a Zamora, objetivo de la expedición. Los cristianos evolucionaron desde tres direcciones diferentes, llegaron tropas al mando de Ramiro II, rey de León que sería quién aportaría el mayor número de soldados, pero también llegaron desde Navarra enviados por los reyes de aquel lugar y contingentes desde el Condado de Castilla. Es la famosa batalla de Simancas, importante victoria para las tropas cristinas.
Simancas dista de Membibre la escasa distancia de 82´2 kilómetros y se trataba por esos años -como en el caso de Sigüenza- de las ciudad más importante hacia el noroeste, más importante y populosa que Valladolid, por ejemplo.