La autovía que un día cruzaba su casco urbano y cuyo peligro motivó que la
iglesia estuviese cerrada al culto durante treinta años tras el mortal atropello de una persona, también ha dado la vida al
pueblo que ahora ve cómo los vehículos pasan cerca, pero más alejados de sus
casas. Su ubicación junto a una
vía de gran densidad de tráfico ha alentado la creación de empresas, sobre todo relacionadas con el sector servicios, que generan unos ochenta puestos de trabajo, más que la mano de obra disponible
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