JOAQUIN MURAT
Joaquín Napoleón o Joachim Napoléon Murat (Labastide-Fortunière, 25 de marzo de 1767 - Pizzo, 13 de octubre de 1815) fue un noble y militar francés al servicio de su cuñado Napoleón, gran duque de Berg, mariscal de Francia y rey de Nápoles entre 1808 y 1815.
El 18 de mayo de 1804, tras la proclamación del Imperio, Murat es nombrado Mariscal y Gran almirante del Imperio. Después de estallar la Guerra de la Tercera Coalición, en 1806 Murat lucha en la batalla de Ulm contra los austriacos y luego en Austerlitz contra los rusos. En la Campaña de Prusia tiene un papel crucial en la Batalla de Jena, donde liderará una espectacular persecución que destruirá por completo el ejército prusiano y tras la cual envía una nota a Napoleón donde dice: Sire, le combat cesse faut de combattants (Sire, el combate cesa por falta de combatientes). Su valor y su lealtad le hacen merecedor del título de Gran Duque de Berg (Alemania) en 1806.
Mantiene su puesto en el frente europeo siempre al mando de la caballería pesada de Napoleón. Así, en 1807 desata la mayor carga de la Historia durante la Batalla de Eylau, dirigiendo entre 10.000 y 12.000 jinetes para evitar que los rusos dividieran en dos a las tropas francesas.
En 1808 entra en España con el rango de comandante del ejército y gobernador de Madrid. En tal carácter, vivió como protagonista el Levantamiento del dos de mayo de 1808, una verdadera revuelta popular antifrancesa que Murat reprimirá a sangre y fuego: Ordenó disparar a la multitud que se congregaba ante el Palacio Real y después envió a las tropas que se encontraban fuera de Madrid para que ocuparan la capital y sofocaran el levantamiento. Dio instrucciones para llevar a cabo un castigo ejemplar durante los días 2 y 3 de mayo, incluyendo numerosos fusilamientos sin ningún tipo de juicio. Finalmente, elaboró un detallado informe que sería enviado a Napoleón, que se encontraba en Bayona reunido con el rey Carlos IV y su hijo Fernando; dicho informe analiza los hechos con tal crudeza que Napoleón les culpa del derramamiento de sangre y exige la abdicación de ambos.
Joaquín Napoleón o Joachim Napoléon Murat (Labastide-Fortunière, 25 de marzo de 1767 - Pizzo, 13 de octubre de 1815) fue un noble y militar francés al servicio de su cuñado Napoleón, gran duque de Berg, mariscal de Francia y rey de Nápoles entre 1808 y 1815.
El 18 de mayo de 1804, tras la proclamación del Imperio, Murat es nombrado Mariscal y Gran almirante del Imperio. Después de estallar la Guerra de la Tercera Coalición, en 1806 Murat lucha en la batalla de Ulm contra los austriacos y luego en Austerlitz contra los rusos. En la Campaña de Prusia tiene un papel crucial en la Batalla de Jena, donde liderará una espectacular persecución que destruirá por completo el ejército prusiano y tras la cual envía una nota a Napoleón donde dice: Sire, le combat cesse faut de combattants (Sire, el combate cesa por falta de combatientes). Su valor y su lealtad le hacen merecedor del título de Gran Duque de Berg (Alemania) en 1806.
Mantiene su puesto en el frente europeo siempre al mando de la caballería pesada de Napoleón. Así, en 1807 desata la mayor carga de la Historia durante la Batalla de Eylau, dirigiendo entre 10.000 y 12.000 jinetes para evitar que los rusos dividieran en dos a las tropas francesas.
En 1808 entra en España con el rango de comandante del ejército y gobernador de Madrid. En tal carácter, vivió como protagonista el Levantamiento del dos de mayo de 1808, una verdadera revuelta popular antifrancesa que Murat reprimirá a sangre y fuego: Ordenó disparar a la multitud que se congregaba ante el Palacio Real y después envió a las tropas que se encontraban fuera de Madrid para que ocuparan la capital y sofocaran el levantamiento. Dio instrucciones para llevar a cabo un castigo ejemplar durante los días 2 y 3 de mayo, incluyendo numerosos fusilamientos sin ningún tipo de juicio. Finalmente, elaboró un detallado informe que sería enviado a Napoleón, que se encontraba en Bayona reunido con el rey Carlos IV y su hijo Fernando; dicho informe analiza los hechos con tal crudeza que Napoleón les culpa del derramamiento de sangre y exige la abdicación de ambos.