HISTORIA DE LA PROVINCIA:
Protohistoria
Hacia 1200 A. C. se produjo la invasión de la Meseta por los pueblos indoeuropeos que dieron lugar a la cultura denominada de Las Cogotas, de la que queda constancia muy cerca de la capital.
En las fechas comprendidas entre el 750 y la conquista de Roma, aparece una población denominada “protovaccea”, fabricantes de armas de hierro decoradas con hilos de plata y escultores de los verracos.
Los verracos, conocidos popularmente con el nombre de “marranas” se han relacionado con los ritos funerarios y los más famosos son los que se encuentra frente a la Torre de Aguilar y que hasta el siglo pasado estuvieron al pie del atrio de San Martin dando nombre a la calle Real de la Marrana. Otra muestra es la cabeza esculpida sin cuerpo, empotrado en la
3
Torre de Hércules. Fue este verraco rematado el que asentó la idea de que fue Hércules el fundador de la ciudad.
También se han hallado en la ciudad intramuros restos de cerámica celtibérica que vienen a confirmar la presencia de gente en la roca establecidas, sin duda, por motivos defensivos.
Protohistoria
Hacia 1200 A. C. se produjo la invasión de la Meseta por los pueblos indoeuropeos que dieron lugar a la cultura denominada de Las Cogotas, de la que queda constancia muy cerca de la capital.
En las fechas comprendidas entre el 750 y la conquista de Roma, aparece una población denominada “protovaccea”, fabricantes de armas de hierro decoradas con hilos de plata y escultores de los verracos.
Los verracos, conocidos popularmente con el nombre de “marranas” se han relacionado con los ritos funerarios y los más famosos son los que se encuentra frente a la Torre de Aguilar y que hasta el siglo pasado estuvieron al pie del atrio de San Martin dando nombre a la calle Real de la Marrana. Otra muestra es la cabeza esculpida sin cuerpo, empotrado en la
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Torre de Hércules. Fue este verraco rematado el que asentó la idea de que fue Hércules el fundador de la ciudad.
También se han hallado en la ciudad intramuros restos de cerámica celtibérica que vienen a confirmar la presencia de gente en la roca establecidas, sin duda, por motivos defensivos.