El
Huerto de Calixto y Melibea, juntamente con los
jardines de Visir, constituyen un pequeño
parque en el corazón
monumental de la ciudad, un lugar tranquilo y apacible, con un buen y variado número de plantas y unas vistas sobre las
calles San Pablo y
Paseo de Rector Esperabé, al estar situado sobre la antigua
muralla.