Hace ya muchos años, llegué a vuestro
pueblo, sin conocer a nadie. Pasaría unos días con unos familiares. Sin quererlo, descubrí el amor. Un amor tan dulce, tan
joven, tan secreto.
Eran meses de
verano, y yo todo un joven, creo que apuesto, de ciudad, y creía que la gente de pueblo, era eso, de pueblo, de lo que en la ciudad teníamos entendido. ¡Qué equivocación más grande, Dios Mío!. Muchos en la Universidad, o estudiando temas complicados... Yo recién salía del instituto de la época.
Recordaba
... (ver texto completo)