San Andrés Apóstol, obra de Fernando Gallego y taller, fue realizado en el primer tercio del siglo XVI.
Óleo sobre tabla de 136,5x205,5 cm.
La representación de San Andrés en este contexto funerario particular se explica, o bien por tratarse del santo patrón del finado, o por ser el de su mayor devoción. En ambos casos se espera del Apóstol que interceda por el difunto ante Dios.
El santo, entronizado, reposando sobre el objeto de su martirio, mira al espectador mientras parece reflexionar sobre las realidades contenidas en el Evangelio, en sus manos. El donante, que encarga la obra para su sepultura, aparece orando a sus pies. Los árboles y la muralla de los fondos simbolizan el lugar de la bienaventuranza, la Jerusalén Celeste.

(23 de Abril de 2022)