Figuras realizadas en
piedra caliza policromada por maestros locales desconocidos en el primer cuarto del siglo XVII. Las tres imágenes compartieron
altar en el arcosolio ubicado inmediatamente al lado de la
puerta de
Santa Lucía de la
Catedral Vieja, desde, al menos, 1627. Pertenecen al santoral terapéutico, puesto que, tradicionalmente, se consideraba que la actividad intercesora de estos
santos era especialista en proteger al fiel de determinados males:
San Bartolomé, de la enfermedades nerviosas; San Blas, de las dolencias de la garganta y Santa Lucía, de las afecciones oculares.