Quiero felicitaros la Navidad cantando para todos vosotros un villancico que me aprendí de chico. Bueno... no tan chico, lo que pasa es que a mi la inocencia infantil me ha durado prácticamente hasta ayer, y casi todo lo vivido me parecen recuerdos de la infancia.
Este villancico nos lo ponían en Radio Popular de Salamanca, en los discos solicitados que nos cantaba una radio que teníamos dispuesta en una palomilla colgada de la pared, improvisada por mi padre con los recortes de tabla de hacer una artesa para la matanza. Y cuando con voz marcada por la emoción cantábamos la familia reunidos al amor de la lumbre los villancicos que cantaba la radio... la sorpresa. Y en Poveda de las Cintas, para Adrian Yenes, de sus padres y hermanos que mucho le quieren, radiamos a continuación:
El Pequeño Tamborilero
El camino que lleva a Belén
baja hasta el valle, que la nieve cubrió
los pastorcillos quieren ver a su rey...
le traen regalos en su humilde zurrón
ropopopón... ropopopón
Ha nacido en un portal de Belén... el niño dios
Yo quisiera poner a tus pies
algún presente que te agrade señor
mas tú ya sabes que soy pobre también...
y no poseo más que un viejo tambor...
ropopopón... ropopopón... pon
En tu honor frente al portal tocaré... con mi tambor...
El camino que lleva a Belén
yo voy marcando con mi viejo tambor...
nada mejor hay, que te pueda ofrecer...
su ronco acento es un canto de amor...
ropopopón... ropopopón
cuando Dios me vio tocando ante él, me sonrió.
Le copié en un papel y la ensayaba en el corral, haciendo el "ropopopón" en un latón de lavar la ropa que tenia mi madre. Fue por aquel entonces que ocurrió en Poveda un pequeño milagro, y nos regaló El Cielo a los niños la presencia en Poveda de una señora asturiana a la que llamaban Angeles. Solía esta señora llegadas estas fechas de llenar unas bolsitas de celofán con caramelos, golosinas y unas galletas en forma de patos muy ricas para regalar a los niños como "aguinaldo", previa interpretación de un villancico.
Vivía esta señora en el rincón de una plaza que podéis ver en una de las fotos del álbum. Plaza presidida por la que siempre sera la casa de Faustino, entre la casa de Casimiro el molinero y la que fue la escuela de la señá Julia, mucho antes de lo que ahora cuento. Había tantos niños en aquella plaza como cuando íbamos a la escuela de la señá Julia y jugábamos a "tapar la calle que no pase nadie". Una vez quise cantar este mismo villancico, pero debido a la impaciencia por recibir el regalo, mucho antes de que yo llegara al primer "ropopopón", ya estaban cantando los de detrás mio lo de los peces en el río. Así es que os le canto aquí para desearos a todos...
¡Feliz Navidad!
Este villancico nos lo ponían en Radio Popular de Salamanca, en los discos solicitados que nos cantaba una radio que teníamos dispuesta en una palomilla colgada de la pared, improvisada por mi padre con los recortes de tabla de hacer una artesa para la matanza. Y cuando con voz marcada por la emoción cantábamos la familia reunidos al amor de la lumbre los villancicos que cantaba la radio... la sorpresa. Y en Poveda de las Cintas, para Adrian Yenes, de sus padres y hermanos que mucho le quieren, radiamos a continuación:
El Pequeño Tamborilero
El camino que lleva a Belén
baja hasta el valle, que la nieve cubrió
los pastorcillos quieren ver a su rey...
le traen regalos en su humilde zurrón
ropopopón... ropopopón
Ha nacido en un portal de Belén... el niño dios
Yo quisiera poner a tus pies
algún presente que te agrade señor
mas tú ya sabes que soy pobre también...
y no poseo más que un viejo tambor...
ropopopón... ropopopón... pon
En tu honor frente al portal tocaré... con mi tambor...
El camino que lleva a Belén
yo voy marcando con mi viejo tambor...
nada mejor hay, que te pueda ofrecer...
su ronco acento es un canto de amor...
ropopopón... ropopopón
cuando Dios me vio tocando ante él, me sonrió.
Le copié en un papel y la ensayaba en el corral, haciendo el "ropopopón" en un latón de lavar la ropa que tenia mi madre. Fue por aquel entonces que ocurrió en Poveda un pequeño milagro, y nos regaló El Cielo a los niños la presencia en Poveda de una señora asturiana a la que llamaban Angeles. Solía esta señora llegadas estas fechas de llenar unas bolsitas de celofán con caramelos, golosinas y unas galletas en forma de patos muy ricas para regalar a los niños como "aguinaldo", previa interpretación de un villancico.
Vivía esta señora en el rincón de una plaza que podéis ver en una de las fotos del álbum. Plaza presidida por la que siempre sera la casa de Faustino, entre la casa de Casimiro el molinero y la que fue la escuela de la señá Julia, mucho antes de lo que ahora cuento. Había tantos niños en aquella plaza como cuando íbamos a la escuela de la señá Julia y jugábamos a "tapar la calle que no pase nadie". Una vez quise cantar este mismo villancico, pero debido a la impaciencia por recibir el regalo, mucho antes de que yo llegara al primer "ropopopón", ya estaban cantando los de detrás mio lo de los peces en el río. Así es que os le canto aquí para desearos a todos...
¡Feliz Navidad!
