Yo bien sé, o al menos lo supongo, que lo que verdaderamente causa inquietud, interés y desasosiego en las expectativas económicas de los españoles en la actualidad, como cuestión primordial, y por tanto también en la de los povedanos en particular, es saber en qué medida va a afectarles la predecible subida de impuestos como consecuencia de la crisis económica. Da escalofríos pensar que, tal y como se encuentran ahora mismo las finanzas estatales según frase de un conocido economista expresada públicamente, cada ciudadano habitante de este país y en estos momentos, incluídos todos los nacidos y por nacer, que unos y otros se endeudan mensualmente en más de cien euros, es decir, que ésta será la cantidad con la que habrán de contribuir por vía impositiva cada españolito, mes a mes, durante no se sabe cuanto tiempo para el levantamiento de la Deuda Pública, ya sea como aportación fiscal directa o como disminución de la renta personal. Por ello, hablar aquí de cuestiones superfluas u opiniones insustanciales ante la situación planteada, talmente parece que constituyen falta de consideración hacia los lectores que visitan este lugar. Más, como cada cual tiene su corazoncito y sus problemas personales, éstos pueden ser tan inconmensurables en relación con los de los demás que, obviamente, los que le atormentan son los propios y no los otros, razón por la que, cuando los mismos tengan proyección pública afectando a su dignidad o a su imagen, igualmente deben ser respetados cuando se expongan, públicamente también, para defenderlos en el mismo ámbito cuando afecten a su honradez, a su amor propio o a su pundonor como persona.
Hace ya algunos días que con el título "Tantas veces como haga falta", yo mismo iniciaba lo que entiendo como justa réplica a una serie de descalificaciones, tan injustas como falsas, vertidas en este mismo lugar sin otro fundamento que la mala fe del autor de las mismas. Lo siento verdaderamente por lo desagradable que me resulta, pero no me queda otra alternativa que continuar mi particular lucha para la restauración de la propia dignidad, respecto de la cual no pararé, y me repetiré con el mismo tema y en este mismo espacio cuantas veces haga falta en tanto no se expíen las maldades aquí vertidas afectando a la dignidad personal de este povedano.
Hace ya algunos días que con el título "Tantas veces como haga falta", yo mismo iniciaba lo que entiendo como justa réplica a una serie de descalificaciones, tan injustas como falsas, vertidas en este mismo lugar sin otro fundamento que la mala fe del autor de las mismas. Lo siento verdaderamente por lo desagradable que me resulta, pero no me queda otra alternativa que continuar mi particular lucha para la restauración de la propia dignidad, respecto de la cual no pararé, y me repetiré con el mismo tema y en este mismo espacio cuantas veces haga falta en tanto no se expíen las maldades aquí vertidas afectando a la dignidad personal de este povedano.