Hola de nuevo.
Se cuentan en este foro muchas historias y anécdotas de nuestro pueblo y yo quiero hacer mención en relación al pasado de Poveda, a una persona, desde mi punto, especial.
Se trata de la señora María, que una habitación cuidaba de todos los niños del pueblo. ¿Os acordáis? Yo fui casi sin saber andar y allí acabé de aprender a hacerlo. Recuerdo que como no había ni sillas, cada uno llevábamos de casa nuestra "banca" para poder sentarnos. Nos enseñaba las oraciones, a contar... Y recuerdo que a ierta hora mandaba a uno de los mayores (siempre con menos de cinco años) a los labaderos a por agua, y por un vaso de plástico azul, bebíamos todos. Y no nos poníamos malos, ni se nos contagiaba nada, ni teníamos problemas de adaptación. Y ahora nos tiramos un año para elegir una buena guardería para los niños. Jajajajaja. Entonces no había elección y los padres pagaban la voluntad.
Recuerdo aquella cortina que se inflaba con el aire, y ella decía que era la Ramona que venía a por los que nos portábamos mal. Y lo mejor es que no nos traumatizábamos.
Recuerdo también un niño Jesús de plástico que escondía y decía que el Niño se había ido porque no nos quería. Y solo nos faltaba llorar de la pena.
Y el miedo que teníamos a los gallos y a los pavos de la señora Alejandra al bajar la cuesta.
¡Que recuerdos! Desde mi opinión esa mujer se merecía un monumento en el pueblo. Yo creo que crió a todos los niños de entonces, y se murió sin pena ni gloria. Desde aqui mi homenaje a la primera maestra de muchos niños de Poveda.
Se cuentan en este foro muchas historias y anécdotas de nuestro pueblo y yo quiero hacer mención en relación al pasado de Poveda, a una persona, desde mi punto, especial.
Se trata de la señora María, que una habitación cuidaba de todos los niños del pueblo. ¿Os acordáis? Yo fui casi sin saber andar y allí acabé de aprender a hacerlo. Recuerdo que como no había ni sillas, cada uno llevábamos de casa nuestra "banca" para poder sentarnos. Nos enseñaba las oraciones, a contar... Y recuerdo que a ierta hora mandaba a uno de los mayores (siempre con menos de cinco años) a los labaderos a por agua, y por un vaso de plástico azul, bebíamos todos. Y no nos poníamos malos, ni se nos contagiaba nada, ni teníamos problemas de adaptación. Y ahora nos tiramos un año para elegir una buena guardería para los niños. Jajajajaja. Entonces no había elección y los padres pagaban la voluntad.
Recuerdo aquella cortina que se inflaba con el aire, y ella decía que era la Ramona que venía a por los que nos portábamos mal. Y lo mejor es que no nos traumatizábamos.
Recuerdo también un niño Jesús de plástico que escondía y decía que el Niño se había ido porque no nos quería. Y solo nos faltaba llorar de la pena.
Y el miedo que teníamos a los gallos y a los pavos de la señora Alejandra al bajar la cuesta.
¡Que recuerdos! Desde mi opinión esa mujer se merecía un monumento en el pueblo. Yo creo que crió a todos los niños de entonces, y se murió sin pena ni gloria. Desde aqui mi homenaje a la primera maestra de muchos niños de Poveda.
