POVEDA DE LAS CINTAS: SIGAMOS CON EL VIEJO CAÑO...

SIGAMOS CON EL VIEJO CAÑO

La notoriedad adquirida por este viejo monumento povedano, físicamente feo en apariencia hasta no más, es decir, la que representa mi vetusto y querido Caño Viejo, es algo que me congratula sobremanera, pero no tanto por lo que de paternidad pueda corresponderme o me otorga en opinión generosa, ADRIAN, como lo es o pueda serlo el reconocimiento de todo un ciclo de historia gloriosa de más de un siglo de existencia unida a un pueblo llamadado Poveda de las Cintas, que, como muy bien dice "Yo no me llamo Gardel" (perdón por la cita), "es el más bonito del mundo".

Ese decrépito monumento llamado Caño Viejo, ha servido también de refugio improvisado durante décadas participando como mudo oyente de miles de cuitas, discusiones, dimes y diretes en román paladino, en voz alta o en susurros y siseos a su vera, unas veces sobre lo más cotidiano de la convivencia entre los vecinos mientras se llenaba el cántaro, y otras, las más probablemente, de las promesas amorosas que al atardecer de cada día dedicarían los mozos a las jovencitas en edad de merecer aprovechando la ocasión propicia de la necesidad de llenar un nuevo cántaro del preciado líquido, tan necesario como útil en cada hogar. He ahí un doble feliz motivo para todo el vecindario.