OFERTA LUZ: 5 Cts/kWh

POVEDA DE LAS CINTAS: Pues dices tú Sebi. Casualmente has ido a elegir la...

Pues dices tú Sebi. Casualmente has ido a elegir la foto donde solo aparecen mujeres. Los hombres como ves están liados con la jota y no se les ve la cara, aparte de ese guapote que habla con las chicas y me parece Gabrielin (Charly), pero no quiero aventurarme. En cambio, si miras la otra foto, veras que la mayoría son hombres, no siendo la señá Esperanza: esposa del señor Alejandro; madre de Evangelista y abuela de Alejandro, entre otros nietos. Si seguramente, incluso yo, estoy en algún lugar en las fotos. Lo que pasa es que a lo mejor coincidió con el año que cogimos el banzo de la virgen y ando acarreandola. Nosotros fuimos muy pobres: pero siempre tuvimos mucho que agradecer a Dios, y cada vez que las circunstancias económicas lo permitían cogimos un banzo. Un año lo permitieron -solo un año- y aún así aquel año nos comió la Virgen el cebón de la matanza. Todo comenzó en el alto de la iglesia cuando en pública subasta y ante las autoridades, tanto eclesiásticas como civiles, se procedió a la venta de los laterales de las andas del Santo Cristo y la Virgen. Los del Cristo solían ser los que alcanzaban las pujas más altas - no entiendo el porqué, pesa el doble- y por lo tanto estaban casi reservados para ricos y medio ricos, grandes pecadores y personas muy necesitadas de ayuda o ayuda urgente. Y esta vez que te cuento, una vez sorteados los banzos del Santo Cristo, se procedió a la subasta de los de la Virgen (puse la virgen con minúscula y me pareció demasiado irreverente) a lo que te iba: en una subasta que comenzó con cincuenta pesetas, se calentaron los ánimos entre los pujantes hasta llegar a las seiscientas setenta y cinco pesetas. Fue en ese momento, cuando armada de valor, y a lo mejor un poco incoscientemente, con la voz tomada por la emoción, dijo mi madre: " ¡Yo setecientas señor Ángel!" Un oh de admiración recorrió la multitud congregada en el alto de la iglesia apenas iluminada por los cirios de la procesión. Y cuando el silencio cayo sobre ellos, el alcalde alzó la cabeza, paseó su mirada por el pueblo y con voz fuerte dijo: setecientas a la una, setecientas a las dos, setecientas a las tres. Adjudicado el banzo de adetras de la Santa Virgen a Luis Yenes. Que Dios le de salud para cumplir su promesa. Es por esto que te digo que si cuadra, ando en alguna de las fotos. Mira Sebi, hoy ando muy pillado con el tiempo, pero otro día te cuento del como, en una procesión que sacamos a San Isidro, a la salida de la iglesia se descolgó de las andas, y queriendo o sin querer le fue a caer encima a la señá Matea, causandole lesiones de menor importancia. Un abrazo Sebi.