No es un povedano cualquiera.
Lupicinio Sierra Pinto, más conocido por Lupi, hombre inteligente y singular donde los haya y miembro de la estirpe de los Sierra, su nombre de pila no desciende de ninguno de sus ancestros salvo error u omisión, pues su padre se llamaba Ulpiano, y el de sus hermanos, por orden de mayor a menor, Belisario (q. e. p. d), Nélida, el susodiicho Lupi, Emelino, Teodomiro, y el de la más pequeña que no lo recuerdo, pero también de este estilo. Tales denominaciones, no fueron ningún capricho de sus progenitores sino la sabia decisión de los mismos con la que consiguieron que ninguno de ellos fuera objeto de apodos desagradables o que se presten a chirigota a la que tan aficionados eran las gentes del pueblo. Y lo prueba el hecho de que, cuando en el mismo aparecían siete "pepes", ocho "pacos", cinco manueles, etc,, cuya única forma de distinguirlos en cualesquiera conversación del lugar, dicho apodo era el modo seguro de saber a que "pepe" se estaban refiriendo, y así, por ejemplo, por sólo citar a un par de ellos, podemos referirnos a Pepe el Nono, Pepe Cantares, etc. etc. Más volviendo a Lupicinio, al que veo en esta fotografía con un excelente porte, por cierto acorde con su prolífica imaginación pletórica de inteligencia. Aún recuerdo de él la fina ironía con que describía cualesquiera hechos cotidianos de la vida local.
Felices fiestas navideñas a toda esa familia de la "saga" de los Sierra.
Lupicinio Sierra Pinto, más conocido por Lupi, hombre inteligente y singular donde los haya y miembro de la estirpe de los Sierra, su nombre de pila no desciende de ninguno de sus ancestros salvo error u omisión, pues su padre se llamaba Ulpiano, y el de sus hermanos, por orden de mayor a menor, Belisario (q. e. p. d), Nélida, el susodiicho Lupi, Emelino, Teodomiro, y el de la más pequeña que no lo recuerdo, pero también de este estilo. Tales denominaciones, no fueron ningún capricho de sus progenitores sino la sabia decisión de los mismos con la que consiguieron que ninguno de ellos fuera objeto de apodos desagradables o que se presten a chirigota a la que tan aficionados eran las gentes del pueblo. Y lo prueba el hecho de que, cuando en el mismo aparecían siete "pepes", ocho "pacos", cinco manueles, etc,, cuya única forma de distinguirlos en cualesquiera conversación del lugar, dicho apodo era el modo seguro de saber a que "pepe" se estaban refiriendo, y así, por ejemplo, por sólo citar a un par de ellos, podemos referirnos a Pepe el Nono, Pepe Cantares, etc. etc. Más volviendo a Lupicinio, al que veo en esta fotografía con un excelente porte, por cierto acorde con su prolífica imaginación pletórica de inteligencia. Aún recuerdo de él la fina ironía con que describía cualesquiera hechos cotidianos de la vida local.
Felices fiestas navideñas a toda esa familia de la "saga" de los Sierra.
