Cualquiera de las personas nacidas en la segunda mitad del siglo pasado, seguramente ha tenido conocimiento de oídas o porque la han visto en una sala de cine de las de la época. Me estoy refiriendo a la película que se titulaba, precisamente, así: "el crimen de Cuenca". Pese a que durante un período de más de veinte años permaneció la desaparición de una persona en dicha provincia sin dejar rastro, período que, al parecer, se prolongó durante todo ese tiempo porque el presunto asesinado era un hombre mayor de edad, sin familia conocida ni allegados, estas circunstancias y el hecho de que se ganaba el sustento trabajando por cuenta ajena en lugares remotos del campo, por añadidura en provincia tan extensa, la coincidencia de desaparición tan prolongada sin noticias, y sin que tampoco las hubiera de haber fallecido, obviamente se consideró que el hecho presentaba todos los síntomas de haber sido víctima de un atentado contra su vida cuyo móvil hubiera sido cualesquiera de los que dan lugar a ese triste suceso como era el de haberle hecho desaparecer u otro de parecida índole.
Por parte de la Administración de justicia de la época, inclusive, al parecer se llevaron a cabo las gestiones pertinentes de carácter judicial, incluso hubo presuntos imputados de personas allegadas a él por razones obvias destinadas a esclarecer el hecho de la desaparición durante varios años sin que nada se supiera de su existencia. Lo lamentablemente gracioso de todo esto es que, la presunta víctima del "crimen", no había existido. El hecho se esclareció por sí sólo al aparecer el propio interesado un día cualquiera tras el mencionado largo periodo, durante el cual se habría mantenido oculto sin que consten más razones que las puramente voluntarias del interesado. El caso alcanzó tal notoriedad tras el esclarecimiento de lo ocurrido que, al haber tenido lugar en la provincia de Cuenca, en tono festivo se citaba después el caso en ocasiones para referirse a él y a esta ciudad con la denominación de: "Cuenca, la ciudad del crimen". Desgraciadamente, el doble y lamentable asesinato ocurrido hace sólo unos días contra dos personas jóvenes de esta ciudad, de una forma monstruosa, lamentablemente, ahora sí que puede denominarse con propiedad tan lamentable acontecimiento para referirnos a él como el crimen de Cuenca.
Por parte de la Administración de justicia de la época, inclusive, al parecer se llevaron a cabo las gestiones pertinentes de carácter judicial, incluso hubo presuntos imputados de personas allegadas a él por razones obvias destinadas a esclarecer el hecho de la desaparición durante varios años sin que nada se supiera de su existencia. Lo lamentablemente gracioso de todo esto es que, la presunta víctima del "crimen", no había existido. El hecho se esclareció por sí sólo al aparecer el propio interesado un día cualquiera tras el mencionado largo periodo, durante el cual se habría mantenido oculto sin que consten más razones que las puramente voluntarias del interesado. El caso alcanzó tal notoriedad tras el esclarecimiento de lo ocurrido que, al haber tenido lugar en la provincia de Cuenca, en tono festivo se citaba después el caso en ocasiones para referirse a él y a esta ciudad con la denominación de: "Cuenca, la ciudad del crimen". Desgraciadamente, el doble y lamentable asesinato ocurrido hace sólo unos días contra dos personas jóvenes de esta ciudad, de una forma monstruosa, lamentablemente, ahora sí que puede denominarse con propiedad tan lamentable acontecimiento para referirnos a él como el crimen de Cuenca.