Sin duda, la presente página povedana, en la actualidad, con la excepción de algunas entradas esporádicas en ella dignas de mejor causa, se encuentra un tanto adormecida. Ni aún la próximidad de las fiestas ha servido para que de ellas, al menos, nos mostraran el programa, y se supone que en su desarrollo habrá algo más que la consabida Misa cantada seguida de procesión, y ese campeonato de parchís, mus ó tute, al que se ya referido el amigo Gardel.
Por tanto, me referiré a otro tema: Al de la más rabioso actualidad que, pese a las apariencias, nos afecta a todos contribuyendo al encarecimiento general del coste la vida hasta límites inadmisibles merced a ese 21 por ciento del IVA, impuesto con el que se grava, salvo contadas excepciones, todo lo que constituya adquisición de bienes o servicios mediante dinero, de lo que sea.
Veamos, no obstante, por qué el Estado se ve obligado a tomar medidas drásticas impositivas que derivan del enorme gasto público que le aprieta y las inconmensurables deudas que por otra parte tiene contraídas cuyo costo al día de hoy tiene su origen en ese terrible agujero financiero constituído por la Deuda Pública, la cual, al día de hoy, alcanza un Billón de euros (con "b" de burrada"), contraída con agentes externos. Me voy a limitar a poner un sólo ejemplo, muy pequeño pero muy significativo, para que nos ilustre del por qué de ese terrible gasto corriente en actividades y medios absolutamente improductivos.
Hoy mismo, un ilustre Académico de la Lengua relata en un periódico de tirada nacional, lo siguiente: "Julio Ronda, sindicalista de UGT, expresidente del Comité de Empresa del Tribunal de Cuentas, enchufó en el alto organismo a su primera mujer y a sus dos hijos; a su segunda mujer, a su nuera, a su cuñada, a su sobrino, a su otro sobrino y, según aseguran, a una docena de amiguetes y paniaguados, con Félix Real a la cabeza".
"Alberto Otero, también de UGT, presidente del Comite de Empresa, en un alarde de moderación sólo ha enchufado en el Tribunal de Cuentas a su hijo, a su hermana y a su hermano, a dos cuñados y a un primo. Y según aseguran a una docena de amiguetes y paniaguados. Diversos cargos del Tribunal de Cuentas han colocado a un centener de parientes demostrando que rinden cristinao culto a la familia. Se calcula, además, que el alarde nepotista, al menos otro centener de amiguetes y paniaguados fueron colocados en el alto Tribunal, algunos con pingües salarios, acorazados blindajes, jubilaciones generoisas e incontables ventajas laborales. La media del sueldo de los empleados del Tribunal de Cuentas asciende a 3.000,00 euros mensuales y catorce pagas, amén de dietas para viajes y gestiones profesionales así como la larga caravana de gastos varios y demás bicocas."
"Analistas expertos difran en 260 los empleados necesarios para que funcione eficazmente el Tribunal de Cuentas. El número actual es de 700, pagados por los contribuyentes españoles, a los que se sangra a impuestos de forma inmisericorde por el Gobiernom popular y antes por el socialista, en un alarde de cinismo y despilfarro. Sería injusto generalizar. Los magistrados, consejeros y cargos del Tribunal son en su inmensa mayoría personas serias, responsables y trabajadoras. Por eso resulta doblemente lamentable que un Tribunal encargado de fiscalizar las cuentas de los demás haya caído en el albañal del nepotismo y la trapisondería. Son muchos los que creen que la Fiscalía anticorrupción debería tomar cartas en el asunto y colocar en su sitio a los prevaricadores que han dispensado favores con el dinero público extraído del bolsillo de los ciudadanos".
Lo que ha quedado expuesto nos hace pensar. Lo mínimo que se me ocurre es que el Estado español tiene que pagar no menos de un millónde euros al día a sus acreedores, y esa deuda, ¡horror!, la tenemos que pagar todos los españoles.
Saludos muy cordiales y que esto no afecta a la Fiesta povedana.
Por tanto, me referiré a otro tema: Al de la más rabioso actualidad que, pese a las apariencias, nos afecta a todos contribuyendo al encarecimiento general del coste la vida hasta límites inadmisibles merced a ese 21 por ciento del IVA, impuesto con el que se grava, salvo contadas excepciones, todo lo que constituya adquisición de bienes o servicios mediante dinero, de lo que sea.
Veamos, no obstante, por qué el Estado se ve obligado a tomar medidas drásticas impositivas que derivan del enorme gasto público que le aprieta y las inconmensurables deudas que por otra parte tiene contraídas cuyo costo al día de hoy tiene su origen en ese terrible agujero financiero constituído por la Deuda Pública, la cual, al día de hoy, alcanza un Billón de euros (con "b" de burrada"), contraída con agentes externos. Me voy a limitar a poner un sólo ejemplo, muy pequeño pero muy significativo, para que nos ilustre del por qué de ese terrible gasto corriente en actividades y medios absolutamente improductivos.
Hoy mismo, un ilustre Académico de la Lengua relata en un periódico de tirada nacional, lo siguiente: "Julio Ronda, sindicalista de UGT, expresidente del Comité de Empresa del Tribunal de Cuentas, enchufó en el alto organismo a su primera mujer y a sus dos hijos; a su segunda mujer, a su nuera, a su cuñada, a su sobrino, a su otro sobrino y, según aseguran, a una docena de amiguetes y paniaguados, con Félix Real a la cabeza".
"Alberto Otero, también de UGT, presidente del Comite de Empresa, en un alarde de moderación sólo ha enchufado en el Tribunal de Cuentas a su hijo, a su hermana y a su hermano, a dos cuñados y a un primo. Y según aseguran a una docena de amiguetes y paniaguados. Diversos cargos del Tribunal de Cuentas han colocado a un centener de parientes demostrando que rinden cristinao culto a la familia. Se calcula, además, que el alarde nepotista, al menos otro centener de amiguetes y paniaguados fueron colocados en el alto Tribunal, algunos con pingües salarios, acorazados blindajes, jubilaciones generoisas e incontables ventajas laborales. La media del sueldo de los empleados del Tribunal de Cuentas asciende a 3.000,00 euros mensuales y catorce pagas, amén de dietas para viajes y gestiones profesionales así como la larga caravana de gastos varios y demás bicocas."
"Analistas expertos difran en 260 los empleados necesarios para que funcione eficazmente el Tribunal de Cuentas. El número actual es de 700, pagados por los contribuyentes españoles, a los que se sangra a impuestos de forma inmisericorde por el Gobiernom popular y antes por el socialista, en un alarde de cinismo y despilfarro. Sería injusto generalizar. Los magistrados, consejeros y cargos del Tribunal son en su inmensa mayoría personas serias, responsables y trabajadoras. Por eso resulta doblemente lamentable que un Tribunal encargado de fiscalizar las cuentas de los demás haya caído en el albañal del nepotismo y la trapisondería. Son muchos los que creen que la Fiscalía anticorrupción debería tomar cartas en el asunto y colocar en su sitio a los prevaricadores que han dispensado favores con el dinero público extraído del bolsillo de los ciudadanos".
Lo que ha quedado expuesto nos hace pensar. Lo mínimo que se me ocurre es que el Estado español tiene que pagar no menos de un millónde euros al día a sus acreedores, y esa deuda, ¡horror!, la tenemos que pagar todos los españoles.
Saludos muy cordiales y que esto no afecta a la Fiesta povedana.