Leo con toda atención este mensaje de Adrian, sin duda alguna de texto un tanto complejo en virtud de los diversos temas que se citan, incluyendo aspectos y sentires formando todo un conjunto de opiniones y elucubraciones que se me antojan no ajustadas a la realidad de los hechos a que se refieren, ó bien que no concuerdan, a mi modo de ver, con la valoración adecuada que les corresponde. Por otra parte, la misiva en cuestión va dirigida a un tercero y así lo da a entender al inicio de su misiva, con ese "Ya has visto que...", Pero como en el fondo, por alusiones evidentemente clarísimas, soy yo el objeto de la misma, ésta es la razón por la que recojo el guante y me aplico la obligación de cumplimentarlo.
Como cuestión previa, debo dejar ya bien claro, desde el principio, que por nada del mundo estoy dispuesto a que mi mejor voluntad eluda cualquier acción u omisión que no sea la de contribuir a mejorar las relaciones entre todos nosotros. Hasta hoy y que yo sepa, creo que he sido el único ciudadano hijo de Poveda de las Cintas que en la pasada primavera se ha desplazado a más de cien kilómetros de distancia para tratar de conseguir, junto con el propio Adrián - ¿recuerdas?- una plataforma local que contribuyera a que todos los que se encuentran residiendo fuera del pueblo como emigrantes, tuvieran en él una acogida como algo propio para mantenerlos vinculados a sus orígenes en todos los sentidos. De aquel inicio, que nadie secundó, hasta llegaron casi a burlarse algunos. No obstante, dicho lo cual y yendo al tema que hoy me trae aquí, digamos, por partes, lo siguiente:
PRIMERO.- Comienza Adrián en su escrito de referencia con lo siguiente: "... y seréis vosotros, con vuestro voto en sufragio universal, los que decidáis si rompemos o no relaciones", "aquí se hacen las cosas bien o no se hacen". Con todos los respetos, estimado Adrián, se me antoja hasta infantil la proposición. Yo me pregunto, ¿qué clase de relaciones son las que se someterían?, ¿y cómo se llevarían a cabo?; ¿y quién puede sentirse concernido a participar?; ¿Acaso no estaríamos montando un vodevil pueblerino?. Reconozcámoslo: yo creo que las gentes del pueblo y las que no se encuentran en él, se nos van a morir de risa con semejante proposición. El número en cuestión sería de los que hacen época.
Puede que volviéramos a la época en que se sacaban cantares por acontecimientos extraordinarios como se los sacaron a aquel Cura Don Manuel siendo yo niño, cuando sus "devaneos" con la Supe.
SEGUNDO.- En cuanto a lo de que, (el mismo Adrián lo manifiesta también), que carece de cultura, embrutecido por la profesión, y asimismo encontrarse medio atrofiado porque la mayor parte de las veces no sabe ni qué decir, ni el modo de defenderse de "estas brutales agresiones, etc., etc.". No sé las razones que aduce para explicarse en estos términos porque, todo la sensación que nos da es la de que trata de pitorrearse no sé de quién y por qué utilizando puras demagogias y lágrimas de cocodrilo. Me parece que no voy a descubrir yo ahora que, de todo lo que él dice que le falta, más bien le sobra. Y en cuanto "a lo de las brutales agresiones", esto ya es de traca. La pregunta que yo me hago ahora es ésta: ¿por qué este tipo de manifestaciones?, ¿qué pretende con ellas?.
TERCERO.- Dice también Adrián: "Si da con otro povedano de los muchos que hay con una buena preparación y sólida cultura, le dan julepe con "as"y "tres" de lo mismo". En todo caso, como doy por descontado que debo ser yo el interfecto, me pregunto y al vz te contesto: Me encantaría que tales "muchos" povedanos existieran, pero me temo que los "muchos" son más bien los "pocos". No porque no puedan serlo, sino porque la situación económica y laboral del 90 por ciento de los ciudadanos existentes, no han tenido ocasión jamás en virtud de las circunstancias, de todos conocidas, que se lo han impedido.
CUARTO.- Como final por hoy, no me resisto a reproducir aquí lo que ya manifesté en este mismo lugar el pasado día 30 de octubre de 2013, a las 20,24 horas. "Cuando menos lo esperábamos, de pronto surge y se rejuvenece el que era triste Foro con ardor insólito para regalarnos unos magníficos diálogos que nos ilustran de historia para nosotros desconocida, sabiamente administrada con elegancia dialéctica incluída, merced al nuevo interviniente Don Antonio García-Galán y Pérez y al veterano Don Adrián Yenes, y a la que suponemos ardua labor investigadora de este último, más conocido en estos ámbitos por "Yo no me llamo Gardel. Enhorabuena a los dos y que continúen las iniciativas a ver si se animan otros a secundarles". El contenido que aquí se reproduce es significativamente explícito para repetir la pregunta que ya hice en su día: ¿Qué ha sucedido después?.
Y termino: Reitero una vez más mi decisión de estar dispuesto con mi mejor buena fé para todo lo que haga falta desde ahora mismo en pro de la armonía, del buen hacer, del mejor entendimiento y de la más sana voluntad, sin hipocresías ni medias tintas. Un abrazo a todos/as.
Como cuestión previa, debo dejar ya bien claro, desde el principio, que por nada del mundo estoy dispuesto a que mi mejor voluntad eluda cualquier acción u omisión que no sea la de contribuir a mejorar las relaciones entre todos nosotros. Hasta hoy y que yo sepa, creo que he sido el único ciudadano hijo de Poveda de las Cintas que en la pasada primavera se ha desplazado a más de cien kilómetros de distancia para tratar de conseguir, junto con el propio Adrián - ¿recuerdas?- una plataforma local que contribuyera a que todos los que se encuentran residiendo fuera del pueblo como emigrantes, tuvieran en él una acogida como algo propio para mantenerlos vinculados a sus orígenes en todos los sentidos. De aquel inicio, que nadie secundó, hasta llegaron casi a burlarse algunos. No obstante, dicho lo cual y yendo al tema que hoy me trae aquí, digamos, por partes, lo siguiente:
PRIMERO.- Comienza Adrián en su escrito de referencia con lo siguiente: "... y seréis vosotros, con vuestro voto en sufragio universal, los que decidáis si rompemos o no relaciones", "aquí se hacen las cosas bien o no se hacen". Con todos los respetos, estimado Adrián, se me antoja hasta infantil la proposición. Yo me pregunto, ¿qué clase de relaciones son las que se someterían?, ¿y cómo se llevarían a cabo?; ¿y quién puede sentirse concernido a participar?; ¿Acaso no estaríamos montando un vodevil pueblerino?. Reconozcámoslo: yo creo que las gentes del pueblo y las que no se encuentran en él, se nos van a morir de risa con semejante proposición. El número en cuestión sería de los que hacen época.
Puede que volviéramos a la época en que se sacaban cantares por acontecimientos extraordinarios como se los sacaron a aquel Cura Don Manuel siendo yo niño, cuando sus "devaneos" con la Supe.
SEGUNDO.- En cuanto a lo de que, (el mismo Adrián lo manifiesta también), que carece de cultura, embrutecido por la profesión, y asimismo encontrarse medio atrofiado porque la mayor parte de las veces no sabe ni qué decir, ni el modo de defenderse de "estas brutales agresiones, etc., etc.". No sé las razones que aduce para explicarse en estos términos porque, todo la sensación que nos da es la de que trata de pitorrearse no sé de quién y por qué utilizando puras demagogias y lágrimas de cocodrilo. Me parece que no voy a descubrir yo ahora que, de todo lo que él dice que le falta, más bien le sobra. Y en cuanto "a lo de las brutales agresiones", esto ya es de traca. La pregunta que yo me hago ahora es ésta: ¿por qué este tipo de manifestaciones?, ¿qué pretende con ellas?.
TERCERO.- Dice también Adrián: "Si da con otro povedano de los muchos que hay con una buena preparación y sólida cultura, le dan julepe con "as"y "tres" de lo mismo". En todo caso, como doy por descontado que debo ser yo el interfecto, me pregunto y al vz te contesto: Me encantaría que tales "muchos" povedanos existieran, pero me temo que los "muchos" son más bien los "pocos". No porque no puedan serlo, sino porque la situación económica y laboral del 90 por ciento de los ciudadanos existentes, no han tenido ocasión jamás en virtud de las circunstancias, de todos conocidas, que se lo han impedido.
CUARTO.- Como final por hoy, no me resisto a reproducir aquí lo que ya manifesté en este mismo lugar el pasado día 30 de octubre de 2013, a las 20,24 horas. "Cuando menos lo esperábamos, de pronto surge y se rejuvenece el que era triste Foro con ardor insólito para regalarnos unos magníficos diálogos que nos ilustran de historia para nosotros desconocida, sabiamente administrada con elegancia dialéctica incluída, merced al nuevo interviniente Don Antonio García-Galán y Pérez y al veterano Don Adrián Yenes, y a la que suponemos ardua labor investigadora de este último, más conocido en estos ámbitos por "Yo no me llamo Gardel. Enhorabuena a los dos y que continúen las iniciativas a ver si se animan otros a secundarles". El contenido que aquí se reproduce es significativamente explícito para repetir la pregunta que ya hice en su día: ¿Qué ha sucedido después?.
Y termino: Reitero una vez más mi decisión de estar dispuesto con mi mejor buena fé para todo lo que haga falta desde ahora mismo en pro de la armonía, del buen hacer, del mejor entendimiento y de la más sana voluntad, sin hipocresías ni medias tintas. Un abrazo a todos/as.