Frase cuyo sentido aún está en vigor, desgraciadamente.
Nacida de la sabiduría popular se aplica al suceso de que, una vez, en determinado lugar y fecha, un cánido propiedad de un hortelano, desdeñando el muy ladino el buen trato que recibía de su amo, le dio por "mearse" a pata alzada sobre la mejor lechuga que el hortelano mimaba con toda ilusión en su huerto. Su cariño y su admiración por el perro se vino abajo en aquel momento al sorprenderle de esa forma "arregustándose" en tamaña operación, pues dejó la lechuga como podeis imaginar. Se secó. La popular frase de "eres como el perro del hortelano", cuya interpretación se aplica al que ni hace ni deja hacer lo que por obligación o por devoción le corresponde, ni pemite que otro lo realice, eleva tal condición nada edificante a la categoría perruna antedicha haciéndole acreedor a la misma. Desgraciadamente, aún queda alguno por ahí. Al tiempo.
Nacida de la sabiduría popular se aplica al suceso de que, una vez, en determinado lugar y fecha, un cánido propiedad de un hortelano, desdeñando el muy ladino el buen trato que recibía de su amo, le dio por "mearse" a pata alzada sobre la mejor lechuga que el hortelano mimaba con toda ilusión en su huerto. Su cariño y su admiración por el perro se vino abajo en aquel momento al sorprenderle de esa forma "arregustándose" en tamaña operación, pues dejó la lechuga como podeis imaginar. Se secó. La popular frase de "eres como el perro del hortelano", cuya interpretación se aplica al que ni hace ni deja hacer lo que por obligación o por devoción le corresponde, ni pemite que otro lo realice, eleva tal condición nada edificante a la categoría perruna antedicha haciéndole acreedor a la misma. Desgraciadamente, aún queda alguno por ahí. Al tiempo.