Hubo un apodo en nuestro pueblo cuyo destinatario, tras sobrellevarlo con signidad y haber gozado de general aprecio en la localidad, era conocido como "Paco la Cosa", al parecer porque, según los cronistas de la época, cualquier cuestión a la que hubera de referirse el susodicho en conversación, siempre la inciaba con el estribillo de... "LA COSA ES QUE....", y a continuación seguía con el relato que procediera.
Bien, pues yo me inicio hoy con otro "la cosa es que...", ya que, tanto se ha hablado y comentado estos días sobre el tema de las fuentes y sus derivados que, a mi modesto entender extraña que nadie lo ha hecho con distinción suficiente para referirse a la que verdaderamente dio motivo en su día para comentarios de verdadera enjundia en esta materia. Me estoy refiriendo a la que, destinado a cumplir mejores fines para suplir a todas las fuentes que existían en su día, poco después fue el que alcanzó la categoría de tener nombre propio y sonoro: "EL CAÑO MAMARÓN". Niguna de las que han existido que aquí se citan mereció ser distinguida con éste solemne título.
La cosa es que... el sobrenombre le vino tan pronto como se supo por la sabiduría popular lo que había costado a las arcas municipales y el rendimiento que luego dio: "agua sólo útil para fregar platos". En otras palabras, lo frutos del distinguido artefacto acuoso fueron los que verdaderamente había "mamado" de las arcas municipales para su construcción. La aparatosidad de los cuatro postes que a uno veinte metros de altura cada uno sujetaban el depósito destinado a almacenar en él varios metros cúbicos del agua extraida del pozo excavado a su vera, resultaba visible desde kilómetros de distancia. En la misma proporción resultó el fiasco: kilómetros de desengaño.
La cosa es que, como aquí hay povedanos entendidos y distinguidos, nos agradaría que cualquiera de ellos nos comentara "la cosa" del "Mamarón" de principio a fin.
NOTA TRISTE. Los que hemos conocido a Marciano y a Rufino q. e. p. d., enviamos un sentido pésame a los familiares de ambos.
Bien, pues yo me inicio hoy con otro "la cosa es que...", ya que, tanto se ha hablado y comentado estos días sobre el tema de las fuentes y sus derivados que, a mi modesto entender extraña que nadie lo ha hecho con distinción suficiente para referirse a la que verdaderamente dio motivo en su día para comentarios de verdadera enjundia en esta materia. Me estoy refiriendo a la que, destinado a cumplir mejores fines para suplir a todas las fuentes que existían en su día, poco después fue el que alcanzó la categoría de tener nombre propio y sonoro: "EL CAÑO MAMARÓN". Niguna de las que han existido que aquí se citan mereció ser distinguida con éste solemne título.
La cosa es que... el sobrenombre le vino tan pronto como se supo por la sabiduría popular lo que había costado a las arcas municipales y el rendimiento que luego dio: "agua sólo útil para fregar platos". En otras palabras, lo frutos del distinguido artefacto acuoso fueron los que verdaderamente había "mamado" de las arcas municipales para su construcción. La aparatosidad de los cuatro postes que a uno veinte metros de altura cada uno sujetaban el depósito destinado a almacenar en él varios metros cúbicos del agua extraida del pozo excavado a su vera, resultaba visible desde kilómetros de distancia. En la misma proporción resultó el fiasco: kilómetros de desengaño.
La cosa es que, como aquí hay povedanos entendidos y distinguidos, nos agradaría que cualquiera de ellos nos comentara "la cosa" del "Mamarón" de principio a fin.
NOTA TRISTE. Los que hemos conocido a Marciano y a Rufino q. e. p. d., enviamos un sentido pésame a los familiares de ambos.
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