Ayer era un día que concitaba ilusionadas esperanzas de todos los españolitos adictos al Real Madrid soñando desbancar al Borussia Dortmund, obstáculo interpuesto en el camino hacia la final de Wembley cuyo resultado ha sido una inesperada china maléfica introducida con calzador en las botas de los merengues, aunque yo diría que no tan inesperada.
Si la garra puesta en el encuentro por los madridistas durante los últimos diez minutos del encuentro se hubiera mantenido durante el resto del partido, o tan sólo durante media hora más, ¿a dónde haubieran ido a parar los alemanes?. Nosotros, casi siempre igual, esfuezos desesperados e inútiles. ¡Qué poco nos parecemos a los europeos!. Las apuestas hacé sólo veinte días estaban en la proporción de diez a uno. ¿Qué ha pasado aquí?. Como casi siempre: lucha desesperada cuando ya no hay remedio. Parece que la alegría de los "culés" nos la anticipaba el amigo JOM como si fuera brujo.
Saludos futboleros.
Si la garra puesta en el encuentro por los madridistas durante los últimos diez minutos del encuentro se hubiera mantenido durante el resto del partido, o tan sólo durante media hora más, ¿a dónde haubieran ido a parar los alemanes?. Nosotros, casi siempre igual, esfuezos desesperados e inútiles. ¡Qué poco nos parecemos a los europeos!. Las apuestas hacé sólo veinte días estaban en la proporción de diez a uno. ¿Qué ha pasado aquí?. Como casi siempre: lucha desesperada cuando ya no hay remedio. Parece que la alegría de los "culés" nos la anticipaba el amigo JOM como si fuera brujo.
Saludos futboleros.