Da no sé qué abrir todos los días esta ventana y no ver en ella más que lo mismo de hace ya varios días sin encontrar en ella algo nuevo, algo "sabroso" y noticiable. Cuando yo me refería hace solo un par de fechas en este mismo lugar a las tareas que se desarrollaban en el Tejar del Sr. Feliciano Ferrándiz ó en la Fragua del Sr. Constancio Giallegas, incluso a la escuálida "serrana" del Sr. Severo, servicio público de viajeros con destino fijo, estoy seguro de que, tanto en aquéllos como en ésta nunca faltaba tema de conversación, y además apasionada, actualizada y calenturienta entre los distintos "comensales".
Siempre había alguna novedad local que daba lugar a ello. ¡Qué tiempos aquéllos en que todo se divulgaba y se discutía con verdadero fruicción!, Y eso que, a nuestro pueblo, no llegaba más prensa que La "Gaceta Regional" y "El Adelanto", ambos procedentes de la capital. Y su destino, la contada media docena de domicilios suscritos, y probablemente me sobre alguno, los cuales coincidían con los de los mayores capitostes locales. La radio todavía un lujo, y la televisión, ni siquiera se había oído hablar de ella.
Sin embargo, nadie se aburría. Acaso fuera por aquello que los chavales de edad escolar, por aquel entonces, teníamos a bien soltar de vez en cuando, como desahog de mal gusto, aquel pareado singular y poco afortunado cuyo texto clamaba lo siguiente: "El Director del Adelando, se limpia el culo con un canto, y el Directo de la Gaceta, se limpia el idem con una teja". Y nos quedábamos tan anchos como aqauél que acaba de dictar una sentencia.
Pero algunos ya leíamos los tebeos con las hazaañas cuasi-bélicas de Roberto Alcázar y Pedrín, Juan Centella ó a los simpáticos personajes del TBO, del "Pulgarcito" y sus celebérrimos protagonistas tales como Carpanta, prototipo de la más espantosa hambruna, las hermanss Gilda, Sindulfo Sindetikón, Lorenzo Parachoques y Nicanor Vistalarga, el Repórter Tribulente que en todas partes se mete", y otros que de podían adqauirir en el kiosco de la Mariana en Peñaranda, a dónde nos desplazábamos en bicicleta. También podíamos cambiar los usados por otros, a cambio de 25 céntimos ejemplar, ó a 0,50 las novelas del Oeste (M. L. Estefanía. autor prolífico por excelencia que mató más indios y en duelo más "gansteres" y "cheriffs", literariamente hablando, que toda la Guerra de Secesión de los EE, UU, de América.
¡Buen domingo de Ramos, amigos!.
Uno se pregunta: ¿es posible que con los acontecimientos que cada día nos depara la prensa, la radio ó la televisión, ó los chismorreos tertulianos de "El Gato al Agua" ó el del otro "Gato", a la espera de a ver qué valiente le pone el cascabel, no hayamos encontrado contenido ni arañazos suficientes para localizar mil historias ded fuerte contenido local?. Sin duda, andamos un poco escasos de imaginación, yo el primero.
Siempre había alguna novedad local que daba lugar a ello. ¡Qué tiempos aquéllos en que todo se divulgaba y se discutía con verdadero fruicción!, Y eso que, a nuestro pueblo, no llegaba más prensa que La "Gaceta Regional" y "El Adelanto", ambos procedentes de la capital. Y su destino, la contada media docena de domicilios suscritos, y probablemente me sobre alguno, los cuales coincidían con los de los mayores capitostes locales. La radio todavía un lujo, y la televisión, ni siquiera se había oído hablar de ella.
Sin embargo, nadie se aburría. Acaso fuera por aquello que los chavales de edad escolar, por aquel entonces, teníamos a bien soltar de vez en cuando, como desahog de mal gusto, aquel pareado singular y poco afortunado cuyo texto clamaba lo siguiente: "El Director del Adelando, se limpia el culo con un canto, y el Directo de la Gaceta, se limpia el idem con una teja". Y nos quedábamos tan anchos como aqauél que acaba de dictar una sentencia.
Pero algunos ya leíamos los tebeos con las hazaañas cuasi-bélicas de Roberto Alcázar y Pedrín, Juan Centella ó a los simpáticos personajes del TBO, del "Pulgarcito" y sus celebérrimos protagonistas tales como Carpanta, prototipo de la más espantosa hambruna, las hermanss Gilda, Sindulfo Sindetikón, Lorenzo Parachoques y Nicanor Vistalarga, el Repórter Tribulente que en todas partes se mete", y otros que de podían adqauirir en el kiosco de la Mariana en Peñaranda, a dónde nos desplazábamos en bicicleta. También podíamos cambiar los usados por otros, a cambio de 25 céntimos ejemplar, ó a 0,50 las novelas del Oeste (M. L. Estefanía. autor prolífico por excelencia que mató más indios y en duelo más "gansteres" y "cheriffs", literariamente hablando, que toda la Guerra de Secesión de los EE, UU, de América.
¡Buen domingo de Ramos, amigos!.
Uno se pregunta: ¿es posible que con los acontecimientos que cada día nos depara la prensa, la radio ó la televisión, ó los chismorreos tertulianos de "El Gato al Agua" ó el del otro "Gato", a la espera de a ver qué valiente le pone el cascabel, no hayamos encontrado contenido ni arañazos suficientes para localizar mil historias ded fuerte contenido local?. Sin duda, andamos un poco escasos de imaginación, yo el primero.