Según el artículo de un prestigioso periodista, publicado en la prensa, constituyen flagrantes indecencias, los siguientes hechos:
1ª) Es una indecencia el que, el salario mínimo de un trabajador sea de 624 euros/mes y el de un diputado, 3.996 euros/mes, pudiendo llegar con dietas y otras prebendas, a 6.500 euros/mes. Y si cabe, aún bastante más por diferentes motivos que se le pueden agregar.
2ª) Es una indecencia el que un profesor, un maestro, un catedrático de universidad o un cirujano de la salud pública, ganen menos que el concejal de festejos de un ayuntamiento de tercera.
3ª) Es una indecencia el que los políticos se suban sus retribuciones en el porocentaje que les apetezca, siempre por unanimidad, por supuesto, y al inicio de la legislatura.
4ª) Es una indecencia el que cualquier ciudadano tenga que cotizar entre 35 y 40 años para percibir una jubilación, y a los diputados les baste con tan sólo siete años, y que los miembros del gobierno, para cobrar la pensión máxima, sólo necesiten jurar el cargo.
5ª) Es una indecencia que los diputados sean los únicos trabajadores (¿trabajadores?) de esta país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo por el concepto de IRPF (Impuesto sobre la renta de las personas físicas).
6ª) Es una indecencia colocar en la administración a miles de asesores, es decir, a amaigotes con sueldos que ya desearían los tércnicos más cualaificados.
7ª) Es una indecencia el que a un político no se le exija superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su cargo, ni cultural ni intelectual.
8ª) Es una indecencia el coste que representa para los ciudadanos sus comidas, cohes oficiales, chóferes, viajes (siempre en gran clase) y tarjetas de crédito por doquier.
9ª) Es una indecencia que los políticos no se congelen sus sueldos, sin que tampoco se los bajen. Y,
10ª) Es una indecencia que sus señorías tengan seis meses de vacaciones al año.
POR HOY, BASTE ESTA DÉCADA DE PREBENDAS PRODIGIOSAS PARA ALGUNOS EN DETRIMENTO DE LAS NECESIDADES DE TODOS LOS DEMÁS.
1ª) Es una indecencia el que, el salario mínimo de un trabajador sea de 624 euros/mes y el de un diputado, 3.996 euros/mes, pudiendo llegar con dietas y otras prebendas, a 6.500 euros/mes. Y si cabe, aún bastante más por diferentes motivos que se le pueden agregar.
2ª) Es una indecencia el que un profesor, un maestro, un catedrático de universidad o un cirujano de la salud pública, ganen menos que el concejal de festejos de un ayuntamiento de tercera.
3ª) Es una indecencia el que los políticos se suban sus retribuciones en el porocentaje que les apetezca, siempre por unanimidad, por supuesto, y al inicio de la legislatura.
4ª) Es una indecencia el que cualquier ciudadano tenga que cotizar entre 35 y 40 años para percibir una jubilación, y a los diputados les baste con tan sólo siete años, y que los miembros del gobierno, para cobrar la pensión máxima, sólo necesiten jurar el cargo.
5ª) Es una indecencia que los diputados sean los únicos trabajadores (¿trabajadores?) de esta país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo por el concepto de IRPF (Impuesto sobre la renta de las personas físicas).
6ª) Es una indecencia colocar en la administración a miles de asesores, es decir, a amaigotes con sueldos que ya desearían los tércnicos más cualaificados.
7ª) Es una indecencia el que a un político no se le exija superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su cargo, ni cultural ni intelectual.
8ª) Es una indecencia el coste que representa para los ciudadanos sus comidas, cohes oficiales, chóferes, viajes (siempre en gran clase) y tarjetas de crédito por doquier.
9ª) Es una indecencia que los políticos no se congelen sus sueldos, sin que tampoco se los bajen. Y,
10ª) Es una indecencia que sus señorías tengan seis meses de vacaciones al año.
POR HOY, BASTE ESTA DÉCADA DE PREBENDAS PRODIGIOSAS PARA ALGUNOS EN DETRIMENTO DE LAS NECESIDADES DE TODOS LOS DEMÁS.