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POVEDA DE LAS CINTAS: ... ¡COMO ACTITUD DE PAISAJE Y PAISANAJE!...

... ¡COMO ACTITUD DE PAISAJE Y PAISANAJE!

Tan pronto Mónica González, joven de ascendencia povedana, saltó a la palestra en esta página desde su actual residencia en la capital de la Costal del Sol, interesándose por las raíces de su ascendencia povedana, sobraron voluntarios a ayudarla en la consecución de tan loable fin. Enhorabuena a Lupicinio y a Sebi, que les faltó tiempo para prestarse a tan noble empeño. Las gentes de mi pueblo, como ya decía yo ayer, son distintas para bien en muchos aspectos, y sobre todo, - ¿por qué no decirlo?-, en lo sensible de la relación de solidarizarse con sus paisanos, hijos todos del mismo pueblo.

Decía Lupicinio, con toda razón, que fue vecino de la familia del Sr. Gustavo González y de la Sra. Mercedes, bisabuelos paternos de Mónica. Y también lo fueron, un poco más arriba de la cuesta, de José, uno de los hijos de Gustavo y Mercedes, respecto del cual me apresuro a contar una anécdota graciosa y con "chispa" que pude oir en la casa de los padres de Lupicinio, es decir, en la del Sr. Ulpiano, con el gracejo que les caracterizaba, a la cual íbamos a cortarnos el pelo.

En efecto, por aquel entonces José González. hijo de Gustavo y Mercedes, vecino de los padres de Lupi, formaba parte de la banda de música local en unión de Eusebio Barrios como director interpretando con tropeta las piezas musicales de moda, y así, yo recuerdo, entre otras piezas, la del pasodoble "En er mundo", José Yenes con un bombardino, el Cojo, marido de Rufina, con otra trompeta más pequeña, José González tocando un bombardino de tamaño medio, el Sr. Justino con el bombo y, por último, no recuerdo el nombre del aquel hombre delgadito que acariciaba el redoblante con mucha habilidad.

En aquellas noches largas del invierno povedano, la gente se recogía al calor de la lumbre del hogar, por tanto, José González, arrimado a la de su casa, ensayaba a solas con su bombardino las notas de aquella pieza popular cuya letra creo empezaba con aquel estribillo de.."Pajarito volador, corre los campos ligero..." Yo oí el comentario cariñoso en casa de Lupi, comentario que hoy parecería insulso, pero entonces, tenía su "aquél". Veamos por qué:

Las notas musicales en aquellas noches gélidas de varios grados bajo cero, salían por la chimenea de la casa de José y eran lo suficientemente audibles en la casa del Sr. Ulpiano Sierra, donde penetraban a través de la chimenea propia. Y... obviamente, la comentaban con cierto regocijo en el sentido de que se habían adelantado a conocer cuáles serían las inmediatas novedades musicales de la banda. Todo un primor, muy simple, muy sencillo, pero muy familiar. Entonces se compartía casi todo. Particularmente en las familias modestas y sencillas que tantos ejemplos han dado de convivencia y solidaridad.

Yo le diría a Mónica que puede sentirse orgullosa de su ascendencia familiar, y también de la povedanía que compartieron su padre, sus tíos y sus abuelos. Puedo aseguarle a ella que siendo yo todavía niño, presencié un arranque de coraje en su abuelo Guastavo, hombre enjuto y a la vez duro como el pedernal, bravo como pocos y con un pundonor y un coraje que para sí quisieran los que constituimos las generaciones actuales, tan prestas a la blandenguería.

Puede que alguien se mofe de estas vivencias. Pero antes tendría que mirarse a sí mismo, situarse en aquellos tiempos sin comunicaciones, ni siquiera tener al alcance un triste receptor de radio, y se dará cuenta que para sentir aficiones musicales, probablemente sólo escuchadas de oído, para darse cuenta cómo ante tanta penuria habia sensibilidad suficiente para interpretarlas y escucharlas con el deleite propio que efluye de las más bellas artes, cual es la de la música.

Mónica: ahora sabes un poco más de tu ascendencia povedana para que puedas sentirte orgullosa de la misma. Yo también soy oriundo de Poveda. Un beso para ti.

De EFE.