LA CALLE DE LA SEÑORA MÓNICA.
Denominación popular por excelencia. Ignoro si la tal denominación, en la forma en que aparece sobre el pie de la foto, consta con tal nombre en el callejero oficial del Ayuntamiento, pero en todo caso, y aunque así no fuera, no dudo que popularmente es más conocida con el que aparece en la foto de Adrián, "calle de la señora Mónica", que con el que figure en dicho callejero oficial municipal. Y es que, queridos paisanos, generalmente la idiosincrasia popular casi siempre se sobrepone a la burocracia oficial.
Creo recordar que la Sra. Mónica estaba casada con el señor Bienvenido Rubio y que en su casa se montó una tienda de ultramarinos o algo parecido en la que se vendían toda clase de comestibles y adminículos útiles. Pero de lo que yo no tengo ninguna duda es de que, vistas las circunstancias, una vez más se pone de manifiesto en este caso la fuerte personalidad de la dueña en detrimento de la del dueño, que se supone lo sería en la misma cuantía patrimonial compartida al 50 por ciento con la de su esposa ya que, tal y como lo "canta" el pie de la foto, no solamente dicha casa pertenecía a la interesada según el Registro de la Propiedad sino que, además, también le fue asignada el nombre de la calle por votación popular, es decir, la propiedad intelectual del nombre de la calle. Por consiguiente, tal propiedad simbólica no entró, por supuesto, en las capitulaciones matrimoniales caso de haberlas. Y a pesar de haber cambiado de dueño la casa con posterioridad, si mis informaciones no me fallan, no así el nombre popular de la calle, decididamente ésta se seguirá conociendo por "la calle de la señora Mónica". Enhorabuena para ella que alcanzó popularidad por méritos propios.
Denominación popular por excelencia. Ignoro si la tal denominación, en la forma en que aparece sobre el pie de la foto, consta con tal nombre en el callejero oficial del Ayuntamiento, pero en todo caso, y aunque así no fuera, no dudo que popularmente es más conocida con el que aparece en la foto de Adrián, "calle de la señora Mónica", que con el que figure en dicho callejero oficial municipal. Y es que, queridos paisanos, generalmente la idiosincrasia popular casi siempre se sobrepone a la burocracia oficial.
Creo recordar que la Sra. Mónica estaba casada con el señor Bienvenido Rubio y que en su casa se montó una tienda de ultramarinos o algo parecido en la que se vendían toda clase de comestibles y adminículos útiles. Pero de lo que yo no tengo ninguna duda es de que, vistas las circunstancias, una vez más se pone de manifiesto en este caso la fuerte personalidad de la dueña en detrimento de la del dueño, que se supone lo sería en la misma cuantía patrimonial compartida al 50 por ciento con la de su esposa ya que, tal y como lo "canta" el pie de la foto, no solamente dicha casa pertenecía a la interesada según el Registro de la Propiedad sino que, además, también le fue asignada el nombre de la calle por votación popular, es decir, la propiedad intelectual del nombre de la calle. Por consiguiente, tal propiedad simbólica no entró, por supuesto, en las capitulaciones matrimoniales caso de haberlas. Y a pesar de haber cambiado de dueño la casa con posterioridad, si mis informaciones no me fallan, no así el nombre popular de la calle, decididamente ésta se seguirá conociendo por "la calle de la señora Mónica". Enhorabuena para ella que alcanzó popularidad por méritos propios.
