Pobeda.
Este lugar está de Salamanca a siete leguas, tiene una iglesia de una nabe antigua con su buena torre, que parece se fundó sobre un castillo antiguo, está la iglessia vien reparada, aunque antigua y bieja. Tiene crux de plata y buena manga, y dos cálices y una custodia de plata y buena sacristía, con algunos ornamentos bastantes, no tiene de color morado ni verde.
Ay dos benefficios simples que valen a doze mill maravedís, el uno que está anexo al Collegio de Santo Thomás de Salamanca, el otro posee (en blanco) residente en Roma y administra poe él, Juan Bárcena, capellán del choro de la cathedral y por estos dos benefficios sirbe un clérigo sólo que se deve de aver permitido por la tenuidad de los benefficios y de cada uno de ellos se dan al clérigo diez mill maravedís, que por todo son veinte mill y ocho mill que vale el pie del altar, no ay sacristía perpetua y nombra el concello el sacristan y lleva el tercio de las primicias y el quinto del yngreso. (Fol. 207 r.).
El préstamo es de la cathedral, vale sesenta mill maravedís; ay dos medias raciones que valen a seis mill maravedís, la una es anexa a la cathedral y la otra a la maestrescolia; la fábrica vale diez y ocho mill maravedís y gástalos.
Hay una hermita de Sant Gilberstro, que la posee Antonio Rodrigues, benefficiado de Gro, está mui mal reparada, dicen tiene doze fanegas de trigo de rrenta y para su reparo estava embargada en Pedro Rollán, que era el rentero, y después en treinta de henero de mill y seiscientos y cinco se embargó en Mari Pérez, biuda del dicho Pedro Rollán.
Este Pedro Rollán fue maiordomo de la iglesia y en las quentas que le tomó el licenciado Fernando Ruiz de Velasco alcanzó a la de conciencia, porque se descargó de otros tantos maravedís que avía pagado a Alonso Hernández, cantero, vezino de Villoruela, de unos altares coraterales de piedra que avía hecho en la dicha iglesia, y no paresció la carta de pago, y después se tomó en Villoruela su declaración al dicho Alonso Hernández y dixo no le avía pagado el dicho Pedro Rollán, sino Pedro Carnicero, clérigo de Cantalpino, que fue obrero de la dicha iglesia de Pobeda.
En cualquier caso, la verdadera historia creo que no llegaremos a conocerla nunca. Por lo que seria prudente considerar lo dicho como una historia aproximada sobre Poveda de las Cintas.
Saludos
Este lugar está de Salamanca a siete leguas, tiene una iglesia de una nabe antigua con su buena torre, que parece se fundó sobre un castillo antiguo, está la iglessia vien reparada, aunque antigua y bieja. Tiene crux de plata y buena manga, y dos cálices y una custodia de plata y buena sacristía, con algunos ornamentos bastantes, no tiene de color morado ni verde.
Ay dos benefficios simples que valen a doze mill maravedís, el uno que está anexo al Collegio de Santo Thomás de Salamanca, el otro posee (en blanco) residente en Roma y administra poe él, Juan Bárcena, capellán del choro de la cathedral y por estos dos benefficios sirbe un clérigo sólo que se deve de aver permitido por la tenuidad de los benefficios y de cada uno de ellos se dan al clérigo diez mill maravedís, que por todo son veinte mill y ocho mill que vale el pie del altar, no ay sacristía perpetua y nombra el concello el sacristan y lleva el tercio de las primicias y el quinto del yngreso. (Fol. 207 r.).
El préstamo es de la cathedral, vale sesenta mill maravedís; ay dos medias raciones que valen a seis mill maravedís, la una es anexa a la cathedral y la otra a la maestrescolia; la fábrica vale diez y ocho mill maravedís y gástalos.
Hay una hermita de Sant Gilberstro, que la posee Antonio Rodrigues, benefficiado de Gro, está mui mal reparada, dicen tiene doze fanegas de trigo de rrenta y para su reparo estava embargada en Pedro Rollán, que era el rentero, y después en treinta de henero de mill y seiscientos y cinco se embargó en Mari Pérez, biuda del dicho Pedro Rollán.
Este Pedro Rollán fue maiordomo de la iglesia y en las quentas que le tomó el licenciado Fernando Ruiz de Velasco alcanzó a la de conciencia, porque se descargó de otros tantos maravedís que avía pagado a Alonso Hernández, cantero, vezino de Villoruela, de unos altares coraterales de piedra que avía hecho en la dicha iglesia, y no paresció la carta de pago, y después se tomó en Villoruela su declaración al dicho Alonso Hernández y dixo no le avía pagado el dicho Pedro Rollán, sino Pedro Carnicero, clérigo de Cantalpino, que fue obrero de la dicha iglesia de Pobeda.
En cualquier caso, la verdadera historia creo que no llegaremos a conocerla nunca. Por lo que seria prudente considerar lo dicho como una historia aproximada sobre Poveda de las Cintas.
Saludos