Compramos energía a futuro

POVEDA DE LAS CINTAS: ... O DICHO DE OTRA MANERA, LAS APARIENCIAS CASI SIEMPRE...

... O DICHO DE OTRA MANERA, LAS APARIENCIAS CASI SIEMPRE DURAN POCO.

Celebro sobremanera que el nuevo forero que ha pasado a ocupar el número 52 de los de este campo de debate, además de desearle la bienvenida, me ha parecido oportuno acusar recibo a su tarjeta de visita en cuanto su texto representa toda una estampa bucólica digna de encomio que desde aquí agradecemos. Sea pues bien recibido.

Más yendo a lo estricto de su mensaje, quiero decirle que lo bucólico o pastoril es, más que un género literario, un sentimiento humano que representa la añoranza de lo simple, lo natural y lo verdadero. Por eso, la entrega al sentimiento bucólico implica una renuncia previa (verdadera o fingida) a la cultura, y de esta manera, lo bucólico o pastoril ha sido siempre una de las manifestaciones más populares de lo que Arthur O. Lovejoy y George Boas han denominado el primitivismo cronológico del hombre occidental.

Por los mismo motivos, este género literario no ha andado nunca lejos del ideal cristiano de la vida, al punto de que Nietzsche llegó a decir que la Bibilia se puede leer como literatura pastoril. Pero en su búsqueda de lo simple y lo natural, el género bucólico no ha sido nunca ni lo uno ni lo otro. Juan Valera dijo al respecto, "los poetas bucólicos se han inspirado siempre del recuerdo idealizado del campo y no de la presencia del campo mismo, y... la poesía de los églogos, sencilla, agreste y perfumada de tomillo y romero, ha nacido del contraste en el seno de las populosas ciudades y en épocas de una civilización refinada y una vida en extremo artificial".

La mejor prueba de la realidad actual la tenemos en el hecho de que, descendiendo al mundo de la realidad, me gustaría saber cuántos de los que cantan las bondades de una humilde casa de campo con cuatro perros al lado de un arroyo con vistas hacia las estrellas, cambiarían su piso en el centro de cualquier ciudad con todas "incomodidades com éstas: el agua en el grifo, la calefacción o aire acondicionado, lavarse y ducharse sin tener que ir a buscar el agua a ese arroyo idílico con cubos, etc. etc. y su comparación con los "perfumes", por ejemplo, de una cuadra procedente de la inevitable compañía de gallinas, cerdos, mulos u otros animales domésticos, inevitables en cualquier vida campestre. La respuesta: el imparable despoblamiento rural hacia la ciudad contaminada. Una cosa es la utopía y otra la realidad.