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POVEDA DE LAS CINTAS: ... Y SU DESAPARCIÓN....

... Y SU DESAPARCIÓN.

Parece un tanto extraño que algo tan arraigado en nuestra mentalidad occidental como es el fenómeno de la propiedad de la tierra, aunque en este caso se trate de cantidad tan insignificante como es la que comprende cada uno de los huertos familiares povedanos, ésta haya sido abandonada por parte de sus derechohabientes, ya sea por dejación voluntaria convirtiéndola en "res nullius", o bien por exigencias dimanantes del título que otorgó la concesión.

Desde otro punto de vista como es el estrictamente económico, nada tiene de extraño el abandono por cuanto el rendimiento que cabe esperar de un corraalito que no alcanza ni a la media huebra de extensión, por referirnos a una medida agraria tan extendida por estos pagos, ni con una explotación a base de tracción mecánica y/o motorizada, valdría la pena su continuidad por antieconómica, salvo que se hubieren unido loa afectados en cooperativa para su explotación en comunidad.

Todos hemos conocido, por otra parte, el preceso del aprovechamiento del huerto a partir de la fecha del disfrute del mismo: roturación del suelo a base de pico y pala (recordemos que era pradera de pasto), idem de idem en cuanto a abrir el pozo en busca de agua a base de tracción de sangre y, por si no fuera suficiente, elevarla después a calderos por medio de un cigueñal accionado con esfuerzo humano, artefacto en cuyo extremo del brazo oscilante cuelga dicho cubo subiendo y bajándole los 4 ó 5 metros de profundidad cientos de veces, o miles, en cada ocasión, lo que constituye todo un aunténtico esfuerzo inhumano y agotador. Tras todo esto, la producción no daría ni para la subsistencia de una familia. El abandono, por tanto, tras haberse encontrado otros medios de vida, afortunadamente, no nos extraña en absoluto el abandono. Si es que hubieran existido otras causas, bien nos agradaría conocerlas porque las deconozco.