En el ambiente povedano todo el mundo sabía lo que se quería dar a entender con la frase "eres como "la *******" (aquí, el nombre de la protagonista del evento que la motivó), "QUE NI LLENA NI ESCURRE", frase transplantada de la valoración de cierto hecho que tenía lugar cada día en la época de penuria en la vida local, y que pronto alcanzó notoriedad entre los povedanos para referirse a la racanería de todo aquel que, estando obligado a dar u obligarse a algo, siempre encontraba oportunidad o resquicio para aprovecharse hábilmente de pequeñeces insignificantes que más bien eran una miseria.
El tal hecho consistía en que, la persona a la que se hace referencia, vendía leche a los vecinos utilizando para la medición de la misma un "cuartillo" de metal que, como todo el mundo sabe, era la medida oficial que equivalía a medio litro. Dicha persona lo llenaba y vaciaba con tal habilidad y rapidez que ni el mejor prestidigitador podría superarla, ni tampoco se daría cuenta del pequeño fraude a pesar de las apariencias de todo lo contrario, salvo al llegar a su casa, aunque ya en ella no podría protestar por obvias razones de que estuvo presente "in situ" y "vio" la legalidad de la operación en el momento del fraude.
La frase en cuestión, no es precisamente de las que hacen historia, más en la vida local pronto la alcanzó y se mantuvo durante decenios como paradigma de un determinado comportamiento. He aquí otra frase que sin ser clara, ni breve ni concisa, resultó mucho más eficaz que la del mejor prosista haciendo uso de la gramática para entender su contenido en el ambiente en que se desenvuelve.
El tal hecho consistía en que, la persona a la que se hace referencia, vendía leche a los vecinos utilizando para la medición de la misma un "cuartillo" de metal que, como todo el mundo sabe, era la medida oficial que equivalía a medio litro. Dicha persona lo llenaba y vaciaba con tal habilidad y rapidez que ni el mejor prestidigitador podría superarla, ni tampoco se daría cuenta del pequeño fraude a pesar de las apariencias de todo lo contrario, salvo al llegar a su casa, aunque ya en ella no podría protestar por obvias razones de que estuvo presente "in situ" y "vio" la legalidad de la operación en el momento del fraude.
La frase en cuestión, no es precisamente de las que hacen historia, más en la vida local pronto la alcanzó y se mantuvo durante decenios como paradigma de un determinado comportamiento. He aquí otra frase que sin ser clara, ni breve ni concisa, resultó mucho más eficaz que la del mejor prosista haciendo uso de la gramática para entender su contenido en el ambiente en que se desenvuelve.