Parte del sitio que ocupa hoy la farmacia, fue antaño casa y bar de Prudencio y Manuela.
Después fue bar también: de Félix y Leonor. A la derecha la cochera del señor Simón y más a la derecha la casa de la señá Gertrudis. Me contaron hace poco de esta buena mujer que hacia unas natillas mu superiores la señá Gertrudis y las ponía a enfriar tras la reja en la ventana. No sé si algún forero llegaría a probarlas cuando los chiquillos de la época armados de pajas sorbían desde la calle tan rico postre. Algunos que las probaron: Leandro, Manolo (Lolo), Luis, Rufino (Filín), Mariano, Ubaldo, Natalio...
APOSTILLA A LAS NATILLAS.-

Desconocía yo faceta tan singular atribuible a la Señora Gertrudis y sus habilidades como repostera. No obstante, me cuesta creer en la veracidad de la operación "pajita". Y ello porque, más bien pudiera ser ésta producto de la calenturienta imaginación y los deseos de los presuntos "pajeros".

¿Por qué lo dudo?. Pues porque la Sra. Gertrudis era lo suficientemente lista como para no representarse el riesgo de dejar las natillas al alcance de cualquier furtivo. Pero...