Hace unos días, al pasar por una estrecha callejuela -hay pocas en Aldeaseca, pero las hay, a pesar de ser un
pueblo carretero, no mulero como los de la
Sierra- vi dos
cerdos recién destazados -destrazados, decimos nosotros en esa tendencia nuestra a dar más fuerza de expresividad a las palabras, que no quiere decir que estén mal, (arrascar, acribar, atronchar,...)-. Luego, en
casa, vi un viejo artilugio que hace años rescatamos del montón de la chatarra, una especie de espada muy estrecha con mango
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