LOS QUINTOS DE NAVALES 67 PONEN EL ARBOL
En esta zona de Castilla y León, en la mayoría de los pueblos de la comarca de Alba de Tormes, había costumbre por parte de los quintos poner el mayo la noche treinta de abril y quitarle el treinta y uno del mes de mayo, pues bien; en Navales en el 1967, no llegaron a un acuerdo, el caso es que no se puso. Ahora cuarenta y cinco años después, no sólo han llegado a un acuerdo quintos y quintas, si no que, la historia les hace justicia y han plantado un abeto en el lugar autorizado por el Ayuntamiento, para colaboración en la ornamentación paisajística de la zona tanto social como de ocio y religiosa.
Con este motivo, se reúnen en su pueblo natal que les vio nacer, crecer y trastear el próximo día veintinueve de abril, llegando de aquellas partes donde tuvieron que emigrar en su día, buscando horizontes nuevos, sin renunciar nunca a su querido Navales.
No ha hecho falta tomar el Ave, ya que en sus coches particulares, se acercan desde Barcelona, Guipúzcoa, Valladolid, Madrid y Salamanca; tienen las puertas abiertas de sus amigos y vecinos que tanto ansían verles e intercambiar comentarios y recuerdos de su infancia y juventud, todo ello con los aperitivos de los bares locales que igualmente les esperan.
A disfrutar que son dos días,
En esta zona de Castilla y León, en la mayoría de los pueblos de la comarca de Alba de Tormes, había costumbre por parte de los quintos poner el mayo la noche treinta de abril y quitarle el treinta y uno del mes de mayo, pues bien; en Navales en el 1967, no llegaron a un acuerdo, el caso es que no se puso. Ahora cuarenta y cinco años después, no sólo han llegado a un acuerdo quintos y quintas, si no que, la historia les hace justicia y han plantado un abeto en el lugar autorizado por el Ayuntamiento, para colaboración en la ornamentación paisajística de la zona tanto social como de ocio y religiosa.
Con este motivo, se reúnen en su pueblo natal que les vio nacer, crecer y trastear el próximo día veintinueve de abril, llegando de aquellas partes donde tuvieron que emigrar en su día, buscando horizontes nuevos, sin renunciar nunca a su querido Navales.
No ha hecho falta tomar el Ave, ya que en sus coches particulares, se acercan desde Barcelona, Guipúzcoa, Valladolid, Madrid y Salamanca; tienen las puertas abiertas de sus amigos y vecinos que tanto ansían verles e intercambiar comentarios y recuerdos de su infancia y juventud, todo ello con los aperitivos de los bares locales que igualmente les esperan.
A disfrutar que son dos días,
